lunes, 12 de septiembre de 2011

Hacia una Constituyente Social Gambina:“Hay una institucionalidad neoliberal que está presente aún en Venezuela”

El destacado economista nacional Julio Gambina dijo que el aporte de los estados para afrontar la crisis de Estados Unidos y Europa es sólo un bastón pero luego el capitalismo seguirá su marcha. Aunque no se sabe cuánto tiempo ni de cuanta profundidad será la crisis.

En su paso por Río Cuarto donde ofreció un curso de pos grado invitado por la Asociación Gremial de Docentes universitarios (AGD-CTA) y la Facultad de Ciencias Económicas también habló de la inflación, de la institucionalización del liberalismo aún en sociedades como la venezolana, con un modelo anticapitalista.

Este es parte del diálogo mantenido en los estudios de Radio Universidad Nacional de Río Cuarto.

¿Se puede hablar de Argentina sin hablar del mundo?

No se puede pensar la economía argentina sin pensar el mundo. Y al revés también. Digamos que cuando hace muy poquito se hizo una reunión en Alemania de 17 premios Nobel de Economía para analizar la crisis mundial, entre los temas que aparecían estaba el caso Argentina. También para pensar el mundo se tiene en cuenta el caso nuestro. No es que los argentinos seamos tan importantes, pero la crisis económica y política de 2001 fue muy seria, muy importante. Es uno de los casos de default más importantes de los tiempos contemporáneos a nivel mundial. Entonces, en este momento en que tienen problemas de deuda países como Grecia, España y los Estados Unidos, nada menos, aparece en la discusión qué tipo de tratamiento le han dado otros países.

Más allá de si es bueno o malo porque había premios nobeles que decían que estaba bien lo que había hecho la Argentina y otros que no. No quiero decir que estemos en condiciones de darle lecciones a nadie, simplemente quiero decir que no podemos ver los problemas argentinos si no vemos lo que pasa en el mundo.

¿Será un período largo de depresión como dicen algunos economistas?

Por lo pronto ya van muchos años desde 2007. Esta pregunta nos la hacían en 2007 y 2008. Y hay mucha gente de optimismo fácil que rápidamente decía bueno y apareció un dato de crecimiento en la economía, pero eso en realidad no aparece. Estados Unidos acaba de calcular a la baja el crecimiento, también Brasil ya corrigió. Esperaba crecer al 6 por ciento y ahora dice que crecerá al 4 o un poquito más. Hay que pensar que Brasil es un gran comprador de la Argentina. Brasil compra, entre otras cuestiones, el 51 por ciento de los autos que se producen en la Argentina. Argentina este año va a producir 850 mil autos, es decir que 425 mil son comprados por Brasil. Si Brasil desacelera su economía quiere decir que puede entrar en recesión y eso supone que podría comprar menos automotores, entonces eso impacta en la producción argentina

Pero la baja del crecimiento no es recesión…

Por eso diferencio y digo desaceleración. Una cosa es levantar el pie en la curva porque vamos muy rápido… Pero bueno, el pronóstico de muchos es que estamos a un paso de la recesión. La recesión mundial. En este contexto América Latina es altamente funcional a lo que necesitan los países capitalistas desarrollados. Es más, América Latina es una de las regiones del mundo más urbanizadas. Eso supone población trabajadora disponible como fuerza de trabajo barata. Entonces resulta atractivo para las empresas que tienen dificultades en sus países por la desaceleración y o recesión y por lo tanto buscan invertir en estos países, como una forma de obtener renta fácil, renta rápida.

¿Qué sucede con el paradigma del neoliberalismo?

Usted fijensé que el paradigma de los últimos 30 años tiene mucho que ver con la no intervención del Estado en la economía, entonces el gran tema era la iniciativa privada, resulta que a partir de 2007, 2008, nos encontramos con que los estados nacionales salieron al salvataje de las empresas con fortísimas intervenciones estatales. George Bush, paladín de la liberalización mundial, llegó a estatizar General Motors, que es una empresa emblemática del capitalismo estadounidense. Nadie puede pensar que Bush es un hombre del socialismo, de la izquierda… La realidad es que la economía actual funciona con una fortísima intervención del Estado, al mejor estilo keynesiano de la década del 30. Pero, claro, todo se hace con transitoriedad. Algo así como “intervenimos con el Estado como un bastón hasta que restablecemos el funcionamiento de la economía”. Eso es lo que sucede a nivel mundial. Y después de ello volvemos a la batalla comercial.

¿Ve usted que haya condiciones para una etapa posterior al capitalismo, una fase del socialismo?

Eso tiene que ver con decisiones políticas. Uno puede pensar que hay algunos indicios de que eso puede ocurrir. Uno es el sostenimiento del régimen socialista en Cuba. Para muchos ha sido una sorpresa. No sólo no se derrumba, sino que está. Se ha habilitado en América Latina novedades impensadas hasta hace muy poco como es integración que excluya a Estados Unidos, el caso más importante es Unasur. Digamos, hay un mundo revuelto y América Latina en la primera década del siglo XXI fue el lugar del cambio político en el mundo. Ahora la cuestión es más dinámica. Apareció a principios de este año las rebeliones en los países del norte de Africa, los pueblos árabes, han aparecido las sorpresas de los indignados españoles. Ha habido cambios políticos en América, pero la institucionalidad neoliberal está fuertemente instalada, fíjese que no se ha desmantelado una sola de las privatizaciones exitosas en el país. Todas las privatizaciones que se desandaron fueron privatizaciones que no funcionaban. Las empresas francesas concesionarias del agua se iban, los ferrocarriles que se reestatizaron estaban destruidos, prácticamente los bancos propietarios de las AFJP se sacaron el problema de encima. Es decir que hay una institucionalidad neoliberal que está presente, aun en Venezuela, aun en Bolivia y en Ecuador. Menciono estos países porque tienen proyectos anticapitalistas. Entonces, se puede pensar en ir más allá del capitalismo. Esta es una ocasión para hacerlo, porque el momento de crisis es un momento para pensar en los cambios.

¿Hay otras condiciones que se tienen que dar?

Para que haya cambios, vamos a llamarle revolucionarios, para avanzar hacia el socialismo tiene que haber una conciencia social y una voluntad de avanzar en cambios de la organización económico social muy profundos. El neoliberalismo generó una conciencia individualista profunda. Eso es la sociedad consumista, entonces cambiar el patrón de consumo supone cambiar el patrón productivo. Uno de los interrogantes ahora ante el plan Agroalimentario nacional es cuál es el lugar de la agricultura familiar. Sería interesante preguntarles a los pueblos fumigados de Córdoba, de Santa Fe, donde más soja se ha producido qué piensan de una continuidad de la expansión de la frontera agrícola. El tema no es sólo el crecimiento.

La pregunta es crecimiento para quién, con qué costo para la naturaleza. No sólo se trata de pensar en términos de macroeconomía sino en cuál es el modelo económico de crecimiento que la Argentina necesita. Lo real es que Argentina tiene un nivel de dominación de los sectores extranjeros, de capital internacional, donde no hay un solo sector de la economía que no esté dominado por empresas transnacionales. Esto ocurre también en los medios de comunicación, donde habitualmente se bate el parche cuando se habla de los monopolios de la comunicación. Pero lamentablemente el campo está manejado por empresas que dominan un paquete tecnológico, que no son las que cortaron rutas en 2008, pero son las que proveen semillas, fertilizantes y la tecnología para que sea posible la cosecha. La industria es igual y el sector de servicios también. La banca sigue altamente concentrada en bancos extranjeros.

¿Hay que preocuparse por la inflación?

La inflación es la capacidad que tienen algunos fijadores de precios de poner precios en el mercado. Si los trabajadores tuvieran fuerza podrían imponer el precio de su fuerza de trabajo. La mejor prueba es esta, el salario mínimo. Lo que se está estabilizando en la Argentina, y la inflación es un mecanismo que permite eso, es un achatamiento en la pirámide de ingresos y condenando a una gran masa de la población argentina a vivir con ingresos mínimos. La inflación es una cuestión de fuerzas, el que puede imponer precios lo impone. Normalmente esos son los sectores de mayor poder económico en la Argentina.

El poder económico está aplaudiendo

Con la confianza ratificada a la Presidenta por parte del electorado, ¿puede haber más inversión y disminuir la inflación?

El lunes a la noche aplaudían sectores del agro muy fuerte. Habían sentados en la mesa sectores industriales que la semana pasada aplaudieron con el Día de la Industria muy fuerte. Y la semana anterior en la componenda salarial sindical, empresarial, gubernamental aplaudieron. Yo creo que el poder económico en la Argentina está aplaudiendo. Más allá de si están a gusto políticamente, pero lo que ven es que desde el punto de vista económico están haciendo cuantiosas ganancias.

La Afip acaba de informar los datos de la recaudación de agosto: el impuesto que proporcionalmente más recaudó entre agosto de 2010 y 2011 es el impuesto a las ganancias, señal que en la Argentina al sector que gana le va fenomenal. Acá no hay un problema de confianza o desconfianza porque el ciclo de negocios de la Argentina es muy bueno. Eso es lo que genera el crecimiento económico y la incorporación como nunca de tanto empleo en la Argentina

¿Aunque sea en negro?

Ese es el tema. El problema es que el salario es muy bajo y de baja calidad. Ahora hay mucha campaña contra el trabajo en negro que empuja el ministerio de Trabajo, hay que decirlo. Pero el ministerio de Trabajo tiene el 70 por ciento de los trabajadores en situación irregular. El principal empleador en la Argentina es el Estado, el Estado municipal, el provincial, el nacional. Y el principal precarizador del empleo en la Argentina es el Estado. También los empleadores de la construcción, los empleadores rurales. Digamos hay una patronal que desarticuló en los últimos 30 años el poder de los trabajadores y por eso tiene una impunidad muy importante. Revertir esto va a costar mucho. No es un tema de arriba hacia abajo, sino de abajo hacia arriba. Es un tema de recuperar organicidad de los trabajadores y contrarrestar esta situación. Capacidad de inversión Argentina tiene.

Desde 2002 ha crecido mucho el país y ha habido un crecimiento de la inversión muy importante. No es que falte inversión en la Argentina para el tema de la inflación. Incluso la secretaría de comercio intenta acuerdos de precios, aunque no se encuentran prácticamente los productos subsidiados. En realidad, el que produce es el que define las condiciones del mercado y Argentina está dominada por empresas extranjeras. No es que lo diga yo. Ustedes van a la página del Indec y ven en la Encuesta nacional de grandes empresas que trabaja sobre las 500 más grandes empresas, muestra que lo que crece es la extranjerización y la concentración de la economía argentina. Entonces estamos en manos de compañías extranjeras que lo que les interesa es ganar y repatriar utilidades al exterior.

No hay comentarios: