martes, 30 de septiembre de 2008

Porque organizarse y convocar, para caminar juntos...vale la pena!!!


Se hace camino al andar...


Este colectivo solidario que a diario construimos y militamos desde la Juventud de la CTA, cree que es indispensable seguir abriendo caminos, sumando sueños, ganas y continuar siendo más los que caminamos de la mano.

En este marco es que compañeros que componen el frente estudiantil de la organización, convocaron a una actividad de video-debate en el Colegio Normal Superior "Justo José de Urquiza", en el que más de 200 alumnos y docentes se hicieron presentes para ver y debatir en base a la película La noche de los lápices, en donde no solo se reivindicó a los compañeros desaparecidos sino que se hizo una relación con hechos actuales (Julio López, los desaparecidos de hoy en democracia por hambre, pobreza, indigencia, etc), exigiendo verdad y justicia para que los genocidas dictadores de los 70 estén tras las rejas de una carcel común y con cadena perpetua, pero también para decir que estamos presentes y de pie alzando esas banderas que aquellos pibes que dieron la vida por un proyecto de país distinto, levantaron: por un país más justo, libre, solidario, conciente, con compromiso colectivo, con justicia social e inclusión.

En el debate se informó a los concurrentes sobre las diversas actividades que se realizan en los barrios Hipódromo, Mujica y Las Delicias, la murga Los Retumbones Desbocaos, el Ciclo de Cine y Política Rodolfo Walsh, la Biblioteca popular, etc ,para que se sumen y encuentren en este espacio amplio y autónomo, un camino para compartir y construir codo a codo.

Continuamos el recorrido, porque las utopías son ese horizonte que nos permiten seguir caminando, militando y creando organización popular!!!.

La próxima estación: Colegio Industrial este jueves...allí estaremos.

Segunda Peña del Abrazo


Parte de Prensa

Desde la Mesa Social invitamos a la comunidad a la Segunda Peña del Abrazo. La misma se realizará el próximo Viernes 3 de Octubre, desde las 21 Hs. en el Viejo Mercado, en esta oportunidad compartiremos música, teatro, poesía, circo, danza, vientos y demás.
Es un hecho que se repite, un espacio de encuentro para disfrutar y compartir porque como dice Eduardo Galeano “a muchos mata el hambre de pan, y a muchos más el hambre de abrazos”.
Lugar: Viejo Mercado
Día: Viernes 3 de Octubre
Hora: desde las 21 Hs.
Estarán presentándose: Kultrum, La alegre rebeldía, Los chicos de la Granja, Las Magas, Pureza Andina, danzas y circo, lectura de poemas.
Entrada libre y gratuita, servicio de cantina con precios populares.
Invita
La Mesa Social
La primera obra pública es la construcción social

lunes, 29 de septiembre de 2008

Parte de Prensa de la Mesa Social


La Mesa Social de Río Cuarto quiere a través de este comunicado, expresar su repudio a los atentados que distintos compañeros y organizaciones del campo popular vienen sufriendo hace ya un tiempo.
Este es el límite, por nuestros pibes: basta de atentados. Bajo esta consigna a nivel nacional distintos sectores estamos reclamando a las autoridades Nacionales encontrar YA a los autores de estos hechos y garantizar la vida e integridad de todos los niños, educadores, y militantes de organizaciones sociales.
El pasado viernes 26 de Septiembre secuestraron y golpearon salvajemente a un educador del Hogar Juan XXIII de la Obra Don Orione de Avellaneda, Bs. As., exigiéndole el cese de su participación en la Campaña El Hambre es un Crimen. En un comunicado de prensa firmado por Alberto Morlachetti (Pelota de Trapo), el padre Luis Espósito (Hogar Juan XXIII) y Víctor De Gennaro (CTA), se señala: "Estamos ante el tercer atentado y nos llena de indignación y espanto que no se hayan encontrado los responsables anteriores".
Evidentemente lo que causa molestia a algún sector de nuestra sociedad, es nuestra voluntad de tratar de ponernos de pie, el gritar con voz firme y arrolladora las injusticias que a diario vemos cuando pateamos los barrios de nuestro país, de nuestra Río Cuarto oculta. Esa en la que la justicia es solo para algunos, una justicia para ricos y poderosos que deja dormir durante 17 años verdades como el caso Ale Flores que revela el grado de impunidad y corrupción con el que aún hoy la institución policial se maneja, demostrando una vez más que el aparato represivo de la década del 70 sigue vivo y queriendo atormentarnos, pero no lo van a lograr porque continuaremos firmes y de pie.
Repudiamos semejante amenaza y privación de la libertad de uno de nuestros pibes, al mismo tiempo que exigimos la acción de la justicia para esclarecer este hecho llevado a cabo por un grupo organizado, sin rostros, pero con jefes. Desde la Mesa Social hacemos llegar nuestra solidaridad a los compañeros.


Mesa Social
-La primera obra pública es la construcción social-
visitá http://www.agenciacta.org.ar/
Morlachetti: “Lo que asusta es la impunidad”

La Constituyente Social



Estamos a diecisiete años del inicio de un proceso de construcción política, de aquella decisión tomada en Burzaco (1991) en el camping del Sindicato de Obreros Navales: “Construir la unidad política de la clase trabajadora y la unidad popular en la Argentina”.


A partir de ahí, un puñado de militantes con muchísimos menos organizaciones sindicales, nos constituimos en Congreso de Trabajadores.
Nos llevó cinco años de debates, acciones y organización de los sujetos de la clase, fragmentados en diversas identidades laborales (empleados estatales, empleados privados, industriales, de servicios, autónomos, jubilados, desempleados, campesinos, indígenas,…) para resolver darnos una identidad orgánica a construir.
Este Congreso de Trabajadores permanente fue una suerte de Constituyente de la identidad de la Clase Trabajadora de una Argentina sumergida en el neoliberalismo.
Y nos llevó diez años, desde aquella decisión en Burzaco, lograr una acción de unidad política nacional, es decir expresar la unidad de los sujetos sociales movilizados por un objetivo común, de clase trabajadora y movimientos populares.
El 17 de diciembre de 2001 finalizaba la Consulta Popular por un ingreso universal, para que cada hogar en la Argentina tenga un Ingreso suficiente para vivir, de esta manera la consigna lanzada era por “Ningún hogar pobre en la Argentina”. Durante los cuatro días de Consulta participaron más de cincuenta mil militantes populares y votaron más de tres millones de personas que ejercieron su ciudadanía libremente a lo largo y ancho de todo el país.
Ese día en la sede nacional del Frenapo (Frente Nacional de lucha contra la pobreza), se asumía tres compromisos como mandato de la consulta:
1 -Luchar contra las políticas de Ajuste permanentes que sufríamos y que el gobierno profundizaba en aquellos días.
2 -Convocar a un Nuevo Acuerdo Federal, un nuevo contrato social sobre la base de la propuesta del “shock distributivo”. Esto implicaba, por un lado, la federalización social (igualdad social en todo el territorio nacional) y por otro, la federalización estatal (involucra a todos los estados: Nacional, Provinciales y municipales). Pero, además, la base del contrato social a “convenir” era garantizar un ingreso mínimo vital a los hogares argentinos que posibiliten la construcción de una nueva sociedad, redefiniendo la organización del trabajo (sobre la base de la no-explotación) y de un modelo productivo para el desarrollo de los pueblos (para reproducir la vida, contraria a la acumulación y concentración de capitales, más aún de las transnacionales). Es importante recordar que para ello se proponía la creación de un Instituto de Formación (para la generación de nuevas formas de organización del trabajo) y que estos debían estar puestos en la recuperación de las economías regionales (nuevo modelo productivo).
3 -Convocar a assambleas del Frenapo en todo el país, en cada lugar donde se realizó la consulta, a los miles de militantes y millones de votantes, para “constituir” la fuerza popular capaz de cumplir con los objetivos de transformación fijados.
Este último punto es la reafirmación de una definición política de la construcción colectiva popular: La posibilidad de lograr los objetivos de una transformación política, económica y social a favor del pueblo, es cambiando la correlación de fuerza política social a favor del campo popular.
Esta definición surge de la experiencia política de los movimientos populares, generada, además, desde el debate político de los sujetos sociales en la propia construcción de los movimientos. Es importante recordar que este debate del pensamiento popular, también lo hicimos con el objetivo de buscar la unidad nacional, durante cuatro años. En ese mismo mes de diciembre del 2001, el día primero, concluía el cuarto Encuentro del Nuevo Pensamiento con esta reafirmación, “estamos ante la existencia de una crisis de representación política popular por la ausencia de unidad política del campo popular”.
Por esto, sostuvimos y reafirmamos, que la crisis de representación política se resuelve construyendo identidad y fuerza colectiva, construyendo poder popular. Y el único mecanismo de construcción de esa fuerza es la democrática participativa, Asamblearia. Son en las asambleas donde construimos la unidad política con el consenso de los sujetos sociales. Construir identidad colectiva es construir identidad cultural comunitaria.
El logro de la movilización popular fue posible por haber definido un objetivo de unidad política, en el Congreso nacional de la CTA de Mar del Plata (1999), unificábamos la acción de la clase trabajadora estableciendo la disputa por la Distribución, por la Universalidad del Ingreso. Significaba disputar el ingreso para la clase trabajadora más allá del asalariado. Nos permite poner en discusión la concepción universal del Trabajo más allá del trabajador obrero-empleado, fundamental para construirnos en igualdad de clase.
Esta unidad política de la clase nos permitió la unidad popular puesto, que no se planteaba solo una cuestión de distribución de ingreso sino que expresaba un objetivo profundamente social: terminar con la pobreza del pueblo.
La unidad de objetivos movilizó al conjunto social y se tradujo en la voluntad expresa de los sujetos sociales, diversos del campo popular, de construir la fuerza para lograrlos.
El objetivo establecido en la propuesta del “Acuerdo Federal”, era la de convenir política y socialmente un piso de igualdad social, que garantice la igualdad en el ejercicio del Derecho fundamental Humano: el Derecho a la Vida. Esta propuesta daba mayor sentido e impulso a la construcción asamblearia del colectivo social movilizado, para poder realizar ese “Acuerdo colectivo social y federal”.
Estaba claro que para concretar este “Convenio Colectivo Social” debíamos construir poder popular, para ser capaces de abrir o arrancar el espacio de “negociación colectiva”: Estado-Sociedad. Abrir un espacio paritario, una Paritaria Política Social, exige el consenso social y su representación genuina, ya que la fuerza de negociación política de un representante es la fuerza de los representados.
De aquí que el proceso de representación popular propuesto es a partir de su construcción colectiva. Entonces, la representación de los sujetos sociales será expresión de la construcción de su unidad política. Este proceso constitutivo era el planteado en la convocatoria asamblearia, no se trata de disputar la representación del Estado sino de la Sociedad.
Aquel 17 de diciembre del 2001, lanzábamos la convocatoria para construir fuerza e identidad popular, a través de Asambleas de los militantes y votantes de la consulta popular en todo el país, para avanzar hacia el Acuerdo Federal que nos ponga en la lucha por la Distribución de la riqueza.
¿Por qué no pudimos?
A los dos días, 19 y 20 de diciembre del 2001 convulsionó el país, la resistencia social desbordó y puso en crisis la gobernabilidad del sistema. Algunos sostuvieron que sólo se trataba de la crisis de un gobierno y no pocos de la clase política partidaria aportaron para ello.
La caracterización de la crisis del sistema, implicaba, una oportunidad de salida del sistema, construyendo otro sistema, otras institucionalidades. Este era nuestro planteo, era nuestra oportunidad, pero nos agarró a solo dos días de la decisión de construir la fuerza que nos permita institucionalizar la identidad popular del nuevo sistema, de una nueva sociedad a realizar.
Este planteo se reforzaba ante el análisis de que esto no sólo nos pasaba a los argentinos, era una realidad latinoamericana, en los últimos años producto de revueltas populares ya habían caído varios presidentes en Sudamérica y los reemplazos no modificaban el sistema.
La otra caracterización sólo planteaba que se trataba de la crisis de un gobierno (inútil, inoperante, incapaz) y proponía como salida de la crisis, lógicamente la salida del gobierno, y entonces, la oportunidad política es sólo reemplazar el gobierno por otro que haga mejor las cosas.
Mucho se debatió y se seguirá debatiendo sobre aquellos días y sobre las oportunidades, pero lo concreto es que no pudimos hacer la construcción colectiva que nos habíamos propuesto. El país aparecía como en “estado asambleario”, pero nosotros no pudimos hacer nuestras asambleas resueltas días antes.
La movilización de resistencia popular continuaba, aunque dispersa en la calle, hasta que nuevamente el asesinato político, la muerte vía represión provocó la unidad movilizadora popular y puso en cuestión la gobernabilidad que intentaba recomponerse con toda su expresión autoritaria. Golpeado por la inestabilidad, el presidente provisorio Duhalde (responsable político de la acción represiva) puso la discusión de la crisis en la salida electoral, nuevamente en la disputa de la representación política, convocando a elecciones anticipadas.
Activaba así el mecanismo institucional de la democracia del sistema poniendo la disputa por el reemplazo del gobierno como salida de la crisis, y no el cambio de sistema. Lo que provocó hacia el interior de los movimientos que la discusión se centre, otra vez, sobre la disputa electoral de la representación.
Nosotros, ¿qué hicimos?
La imposibilidad de poder sostener la unidad de los sujetos sociales en los momentos más difíciles de la crisis de gobernabilidad obligó a revisarnos hacia nuestro interior como Central de Trabajadores ya que el Frenapo se había diluido en la dispersión. Se resolvió volver a la fuente, convocar a todos los sujetos sociales de la clase trabajadora, organizados en la CTA, para debatir la caracterización de la crisis, el proceso de construcción popular y a nosotros mismos dentro de ella.
Debíamos volver a ser Congreso de trabajadores, realizar este debate en todas las provincias para concluir en un Congreso nacional.
Se resolvió redactar un documento base para la discusión. No estaría nada mal repasar la totalidad de aquel documento, pero a los efectos del presente análisis solo resaltaremos las definiciones referidas a la unidad política de la clase trabajadora y del campo popular.
Se reafirmaba la necesidad de la unidad de la clase en la CTA para ser “…capaces de superar una etapa en la vida de la Central… de coordinación entre nuestras organizaciones y donde entendamos que el momento actual reclama la capacidad de garantizar un accionar y una organización de carácter cotidiano”. (Pág. 42 –documento para el debate 1-CTA). Esto sirve para pensar en nuestra actual realidad, “superar la coordinación…una organización de carácter cotidiano”.
También se definía muy claramente dónde hacerlo, “Entender y asumir en profundidad los impactos que para una nueva estrategia popular plantea la emergencia masiva del desempleo, radica en definir que el territorio es el espacio para la unidad política del trabajo y la comunidad y no solo de los desocupados”. (Pág. 43 – Documento para el debate 1-CTA). Es fundamental la expresa consideración hecha del concepto de territorio para asumir la construcción de la unidad política, de la clase y popular.
Otro punto es en cuanto a los objetivos y cómo hacerlo, “Distribución, soberanía y democratización son las claves que pueden garantizar la vigencia de la justicia. Esta articulación conceptual deberá desarrollarse en términos concretos como… propuesta de salida frente a la crisis”. (Pág. 50 – documento para el debate 1-CTA). Aquí la importancia de la ratificación del objetivo, “Distribución, poder de decisión democrática popular para garantizar la igualdad”, pero algo fundamental a resaltar, “desarrollarse en términos concretos”, el significado de la cotidianeidad.
Por último, “el mecanismo para el encuentro de la militancia y las representaciones debiera ser la realización de Asambleas del Movimiento Popular que discuta la construcción concreta y orgánica del Movimiento político social. Se trata de construir una Constituyente de nuestra propia fuerza.” (Pág. 50 –documento para el debate 1- CTA).
Y se concluía proponiendo como consignas, “Shock Distributivo para erradicar la Pobreza…” y “Presupuesto Participativo para garantizar que la comunidad defina la asignación de los recursos”. (Pág. 52 –documento para el debate 1 –CTA).
Aquí, por un lado, es de resaltar que se propone ya no un Acuerdo Federal que tenía una característica de “emergencia política social”, sino un espacio de negociación permanente: El Presupuesto Participativo, que es en definitiva un espacio paritario social permanente. Esto obliga a construir una organización social permanente.
Por otro lado, lo sustancial, la propuesta de volver a convocar a asambleas, la construcción de fuerza e identidad popular contenida en la convocatoria a una Constituyente. Aquí se expresa la necesidad de constituir una organización social permanente, dinámica, cotidiana y se reafirma en ella, la necesidad de constituir la fuerza política de los sujetos sociales que sea capaz de garantizar la concreción de los objetivos.
Esta construcción es claramente contraria a la disputa de la representación política que busca sólo reemplazar un gobierno. Se vuelve a ratificar en un planteo de negociación Estado-Sociedad, con el Presupuesto Participativo, y la Constituyente es el mecanismo de lograr los acuerdos de objetivos y la fuerza de la organización colectiva, para con ellos y de ella, establecer la representación de la sociedad, no del Estado, para negociar con la representación del Estado.
Esto es reforzado conceptualmente en el cierre del documento cuando expresa: “Se trata de asumir el punto de inflexión que refleja la consigna “que se vayan todos” para transformarla en el verdadero objetivo: “Que Venga el Pueblo”. (Pág. 52 – documento para el debate 1 –CTA).
Esto último es una buena síntesis del concepto, ya que, a la clara manifestación de la sociedad movilizada de “que se vayan todos” (los representantes políticos), nosotros reafirmábamos que la oportunidad no era el simple reemplazo de los representantes (de gobierno), sino que era la oportunidad de construir poder popular para la transformación del sistema desde el pueblo. No se trataba de decir que había malos representantes y que la solución era encontrar, para reemplazarlos, buenos representantes y mucho menos decir que éstos somos nosotros.
El gran desafío era construirnos como pueblo, construir la unidad política de los sujetos sociales para la soberanía popular. Y proponíamos el mecanismo para hacerlo, convocar a una Constituyente de poder popular.
Nuevamente no pudimos hacerlo
Esta segunda convocatoria a “constituir poder popular” vuelve a fracasar. Considerando que todo siempre esta en discusión, no es intensión aquí resolver los porqués y mucho menos buscar culpabilidades, si asumir concretamente que no pudimos y plantear los puntos que consideramos fueron las dificultades que no pudimos superar.
Estaba claro que la construcción de la unidad de la clase y unidad popular es simultánea, es más, desde el manifiesto de Burzaco sostenemos que no hay posibilidad de unidad popular sin unidad de la clase trabajadora.
Pues aquí aparece la primera dificultad, no se pudo concensuar la concepción del espacio de construcción de esa unidad: el territorio. Se generó una disputa contradictoria en la construcción territorial que se advertía claramente en el documento, entre sostener que era el espacio de la unidad de la clase y sostener que era el espacio organizativo de los desocupados.
Esto último era institucionalizar la fragmentación de la clase, excluyendo de la construcción comunitaria (de la unidad popular) a los trabajadores sindicalizados; se llegó a fundamentar que “los trabajadores empleados ya tienen su espacio de construcción en sus sindicatos y sus lugares de trabajo”.
Esto se agravó aún más con el planteo de exclusividad orgánica de esta caracterización de sujeto social. Y así, de una propuesta de ofensiva política de la unidad de la clase y unidad popular se enredó el debate en una actitud defensiva al interior de la Central, preservar su no-ruptura orgánica.
La segunda dificultad se planteó a partir de la convocatoria a “elecciones anticipadas” entre quienes sostenían la participación en la disputa de la representación y los que sosteníamos avanzar en la Constituyente de construcción popular.
Había una coincidencia en los planteos cuando se manifestaba que “los sectores populares no debían delegar más”, la contradicción se genera cuando algunos pidieron a los sectores populares, a los compañeros/as, que deleguen en ellos, presentándose como candidatos. El problema no es ser candidatos o disputar la representación del Estado, el tema es hacerlo en nombre de los movimientos sociales sin que estos lo resuelvan en la consciencia colectiva.
La tercera dificultad fue en cuanto al objetivo unificador, el “shock distributivo”, la disputa por la distribución estaba absolutamente fragmentada (salarios, subsidio, financiación,…) perdiéndose la concepción de la universalidad del ingreso que nos ponía ante la unidad constructiva de la clase trabajadora.
No obstante estas consideraciones, en el Congreso Nacional se resolvió una unidad declarativa tan amplia que fue una carpa contenedora de todos y todas los sujetos sociales, construir un Movimiento político social.
Cuando se leyó esta resolución desde el escenario, el estadio empezó a cantar “movimiento de Liberación” y allí, más allá de los dirigentes, apareció la identidad histórica popular Latinoamericana.
La identidad del sujeto histórico en nuestro territorio es de lucha por la liberación de la clase trabajadora y la liberación de los Pueblos, es decir contra la explotación del trabajo y contra la dominación imperialista de los pueblos.
Esta lucha es simultánea, no puede liberarse la clase sin liberación de su pueblo, de aquí la necesidad de construir la fuerza liberadora con la unidad de la clase y la unidad popular.
Pero, el escenario de dificultades no cambió con ese momento de fuerza identitaria popular del final de nuestro Congreso, y lo concreto es que no pudimos ni siquiera convocar a la Constituyente, transitamos nuestras dificultades resistiendo en la diversidad.
Es justamente, el escenario latinoamericano movilizado el que nos sacude hacia la lucha histórica, mostrándonos un proceso político y socioeconómico, donde se desnuda, cada vez más, que la pelea por la distribución esta en la disputa contra el sistema de acumulación, claramente definido en el modelo productivo de explotación primario exportador y transnacionalizado.
Este escenario en conflicto moviliza a los sujetos sociales y esto nos permite, de alguna manera, superar nuestras dificultades y visualizar los objetivos estratégicos para sostener la unidad en la lucha contra el sistema.
Estamos ante una oportunidad histórica
En el marco de la ofensiva neoliberal imperialista de los Estados Unidos (EUA) con el proyecto ALCA, la resistencia de la clase trabajadora y popular en nuestra región se unifica recuperando el concepto del espacio en disputa: el trritorio, que no es sólo nacional sino continental. Y en esa disputa aparece el Sujeto Histórico latindoafro-americano de liberación.
Esta realidad estuvo presente en la región en aquel 2001, con el inicio del Foro Social Mundial (enero) en Porto Alegre y la movilización regional contra el ALCA (abril) en Buenos Aires. Del 2002 al 2004 crece la lucha popular en toda America Latina, principalmente en el Sur, contra la ofensiva del imperio estadounidense.
Se realiza un plebiscito contra el ALCA, el pago de la Deuda Externa y la Militarización en la Argentina con más de dos millones y medio de votos, y en Puerto Iguazú se realiza el Foro Social de la Triple Frontera, principalmente en defensa del Acuífero Guaraní, la importancia de esto último es que sintetiza la disputa política de la humanidad, la pelea por la Vida, puesto que el Agua es el combustible de la vida.
Las mayores movilizaciones populares en el país y Latinoamérica son en defensa del Medio Ambiente, en defensa del ecosistema, en defensa de la Vida. Los movimientos cuestionan el modelo productivo más allá de una cuestión simplemente ambientalista.
EUA apuesta avanzar en su proyecto hegemónico convocando a la IV Cumbre de las Américas en Mar del Plata en el 2005 y los movimientos populares del Continente nos preparamos para enfrentarlo, desde la conformación de una Alianza Social Continental se convoca a la realización de una Cumbre de los Pueblos de América, paralela y simultánea.
Vale recordar que el documento propuesto por los EUA, para aquella Cumbre de las Américas, expresaba una política estratégica integral, planteaban entonces, Avanzar:
1 -En el liberalismo comercial con el ALCA (dominio del modelo económico productivo);
2 -En las reformas estructurales con los programas del Banco Mundial (sosteniendo el dominio financiero); 3- en un Acuerdo de Seguridad Continental contra el terrorismo y el narcotráfico (dominio político-militar sobre los pueblos).
Con la lucha y movilización popular logramos que fracase la propuesta política del presidente Bush en la Cumbre, pero pronto vimos que la ofensiva neoliberal capitalista basado en los ejes definidos por los EUA continúa avanzando en regiones y/o países.
En el 2006 se inicia un año de Congresos de la CTA en todo el país, en la región NEA-Litoral, el debate interno estuvo enmarcada en esta política de acción internacional, motivada por la realidad conflictiva de su frontera (las represas hidroeléctricas, el Acuífero, el Humedal de la cuenca hídrica con los Esteros del Ibera, las Pasteras, los monocultivos forestal y sojero,…).
En Corrientes, junto al Congreso Provincial se realiza un Encuentro regional con presencia de las CTA de la región y las Centrales de la CUT de Río Grande do Sul, de la CNT de Paraguay y de representantes sindicales del Uruguay, además de la activa participación de representantes campesinos e indígenas de la región.
La definición política aprobada es extensa, pero es importante resaltar que la disputa por la Distribución fue puesta en la lucha contra el modelo productivo y se definió la necesaria Reforma Agraria en pos de la Soberanía Alimentaria de los Pueblos. Se definió claramente toda la estructura del modelo Productivo, su carácter extractivo primario (monocultivos de Soja y Forestal), y los megaproyectos de infraestructura (Represas hidroeléctricas, hidrovía), la explotación de los recursos naturales principalmente el Agua y la liberalización comercial.
Podríamos agregar todo el capitulo respecto a los Derechos Laborales, sociales y ciudadanos, violentados como consecuencias de estas políticas neoliberales. Pero allí, lo fundamental acordado, con total consenso, fue ratificar el mecanismo de construcción del poder popular para lograrlo, convocar a una Constituyente Social.
Se la definió, entonces, como la convocatoria a todos los Sujetos Sociales del campo popular para construir democráticamente su unidad política, identidad y fuerza que nos permita avanzar - “en términos concretos” - en los objetivos de Soberanía popular.
El Congreso de Entre Ríos, aprueba la declaración regional poniendo prioridad en la lucha por otro modelo productivo, por la soberanía popular de los bienes naturales y principalmente de la Soberanía Alimentaria. E n la mayoría de los Congresos provinciales, los sujetos sociales de la clase fortalecían la disputa contra el sistema, reinvidicando el territorio como espacio de construcción de su unidad política y popular, expresando una coincidencia de objetivos. En todos ellos, la Distribución de la riqueza fue puesta claramente en la disputa del Modelo Productivo y de la matriz de consumo.
Se definía así, resistir construyendo, ejemplo de ello es la ratificación de que el Hambre es un crimen, pero también se resolvía construir desde los movimientos sociales su Soberanía Alimentaria.
Para avanzar en los objetivos se acordó por unanimidad, nuevamente la construcción de la fuerza colectiva social, convocándonos a un espacio Democrático Participativo para acumular poder popular: a una Constituyente Social. Así fue aprobado en el Congreso Nacional de la CTA en Mar del Plata-2006.
Estamos ante una nueva oportunidad, la confrontación contra el sistema nos exige disputar-construyendo en cada Territorio, constituyendo la unidad política de la clase trabajadora y del pueblo, para avanzar en las transformaciones políticas, económicas y sociales, es decir Culturales, desde el poder popular. Las esperanzas de transformaciones políticas no son cada cuatro años, este planteo ya nos hizo perder dos oportunidades bien definidas de construcción política por nuestras propias dificultades y equivocaciones.
Las transformaciones son posibles si cambiamos las correlaciones de fuerzas en la construcción popular concreta, cotidiana y permanente. Decía el Che Guevara, siendo ministro de la revolución cubana, “las transformaciones de la producción debe hacerse simultáneamente con la transformación de los hombres. Debemos ser productores de hombres nuevos”.
Está claro que la transformación parte de nosotros mismos, dentro de uno y del colectivo. La Constituyente Social es convocarnos a realizar este proceso de transformación, no para hacer un programa que luego se prometa llevar adelante desde el Estado disputando el gobierno. Para esto el mecanismo del sistema establece la conformación de los Partidos Políticos para participar de la disputa de la representación del Estado.
Nuestra necesidad y responsabilidad política no es constituir un Partido más, sino construir el Entero social. Este “entero” no tiene el criterio totalitario sino universal de la política. Significa construir la identidad social-cultural de las comunidades, de los pueblos. Su construcción la concebimos solamente desde la Democracia participativa. Es la construcción de la identidad cultural de la base social, de “los de abajo”-definen algunos, de los “que viven de su trabajo” dicen otros, en definitiva se trata de los sujetos sociales que “conviven comunitariamente” donde la centralidad del trabajo esta puesta en la reproducción de la vida.
La fuerza popular de estos sujetos sociales es necesaria para avanzar en las transformaciones que de ella emanan y que incluyen la de los Estados, pero desde la sociedad.
El camino tradicional es tomar el poder (vía electoral o vía las armas) y desde ahí “organizar la sociedad”, para transformarla o para disciplinarla. Lo difícil es salvar las contradicciones que nos plantea la transformación simultánea de la Sociedad y del Estado. Cómo convivir el proceso de transformación, cómo comulgar en la construcción, la Democracia popular (participativa de decisión colectiva social) con la Democracia burguesa (representativa–delegativa de la decisión política).
La imposibilidad de sostener la democracia participativa en el seno de la construcción popular nos puso en crisis política impidiendo la unidad política de los sujetos sociales, imprescindible para la construcción de identidad y fuerza popular.
Hemos perdido dos oportunidades, la realidad latinoamericana nos da otra oportunidad, puesto que la Liberación de la clase trabajadora y de los pueblos en Nuestra América sólo será posible desde el poder popular.
Nuestra responsabilidad histórica es sostener la construcción colectiva popular, que como decía Germán Abdala, “…es el camino más difícil y más largo pero es el camino propio”. Y este camino debe ser claro en el compromiso y la praxis constructiva. La Constituyente Social está llamada a ser el espacio del Encuentro de Unidad Colectiva para transitar ese camino.
La Constituyente Social será entonces, la convocatoria de los sujetos sociales para transformar transformándose ahora, cotidianamente. En la estrategia transformadora social debe necesariamente incluirse la transformación de las políticas del Estado. Entendiendo que el Estado es una herramienta, un instrumento que depende de la correlación de fuerza en la sociedad, por esto las políticas del Estado se disputan cotidianamente.
La disputa de la representación del Estado de la democracia burguesa resulta contradictoria con la construcción social de la democracia participativa popular, pero no debemos negarla pues nuestro objetivo transformador necesariamente debe consolidarse con la transformación del Estado.
Por un lado resultaría fácil este análisis desde los trabajadores organizados, pues “a mayor fuerza colectiva mayor capacidad de negociación, lográndose mejor Convenio Colectivo de Trabajo”, pero además, el cumplimiento de lo convenido se garantiza con la fuerza colectiva ejercida cotidianamente.
De aquí debemos concluir que, la Constituyente Social es convocarnos a construir “fuerza popular para avanzar en capacidad de negociación colectiva social que nos permita la transformación de la sociedad en el real ejercicio colectivo de los Derechos constituidos”.
Este es el camino inverso a la cultura política partidaria. Pero, el hecho de que el sistema delegativo de la democracia burguesa haya generado una fractura Estado-Sociedad no significa aceptar esa ruptura. De aquí que la disputa del Estado también incluye su conducción política con representación popular.
Antes, en los “proyectos nacionales y populares” de los Estados Bienestar en los movimientos populares se incluía a la “burguesía nacional”. Se suponía, en esos proyectos desarrollistas, que la “burguesía nacional” tendía a la igualdad social. Ahora, vemos un claro alejamiento ideológico de esas burguesías, muy marcadas, en los países que más han transnacionalizado su economía, su sistema productivo.
Es importante entender que la burguesía no es nacional por haber nacido en el país sino por estar contenido en un proyecto nacional. De aquí que el modelo productivo extractivo, exportador primario, jamás fue ni será un proyecto nacional, pues es contrario al desarrollo de los pueblos.
Por esto en el conflicto, mal llamado del "campo", las cuatro entidades ruralistas defendieron sus intereses rentistas agroexportador del modelo extractivo transnacional de la oligarquía burguesa local histórica, en esto no hay espacio a la confusión. La disputa en Bolivia está claramente definida en estas identidades políticas.
Esta realidad conflictiva se expresa en este tiempo latinoamericano, también en los gobiernos surgidos de la construcción popular o como consecuencia de la lucha popular y genera dificultades cuado no contradicciones, para caracterizarlos desde los movimientos populares, en la Alianza Social Continental antes de la Cumbre de los Pueblos del 2005 en Mar del Plata, se acordó definirlos como aquellos “que se alejan de la hegemonía de los EUA”. Puesto que se reconocían en ellos actitudes antimperialista, pero no todos cuestionan al capitalismo y mucho menos, plantean otro sistema.
Esta disputa atraviesa al conjunto social y la relación de la “base social” con la, aún pequeña, burguesía resulta más que compleja, en los partidos políticos están presentes estas contradicciones lo que complejiza la relación de estos con los movimientos populares. En América latina existe un espacio de articulación de los partidos que se asumen de izquierda y progresistas, el “Foro San Pablo”.
Se ha intentado en las Cumbres de los pueblos de la región desde el 2006 crear espacios de encuentros entre el Foro y la ASC, considerando imprescindible para este proceso latinoamericano avanzar en la transformación política social y económica, es decir Cultural de los pueblos y esto implica necesariamente la transformación de los Estados.
El sistema ha dividido los espacios y su organización, donde se identifican como sujetos sociales y sujetos políticos, pero existe un espacio difuso entre ambos que resulta complejo sincerar a los sectores populares, a la burguesía organizada en sus cámaras empresariales no tienen problemas, pueden entrar y salir cuando quieren y como quieran del espacio político formal, además de actuar en la negociación directa por políticas de Estado (capacidad de loby le dicen).
En concreto consideramos que podremos resolver estas dificultades y contradicciones desde la construcción de nuestra identidad y fuerza de clase y popular.
En los territorio, actualmente, los sujetos sociales organizados negocian colectivamente las políticas de su habitad, sus viviendas, sus servicios (energía, agua, transporte,…), su educación, su salud, su trabajo social autogestionado, su mercado de consumo, sus lugares de esparcimiento,…. La mayoría, ante la ausencia de estrategia de transformación, son negociaciones de resistencia, defensivas, de sobrevivencia.
Y sin organización y sin identidad colectiva, cada una de estas políticas (algunas o todas) les son impuestas. El poder de decisión sobre ellos esta en otro lado, a veces o la mayoría de la veces en este sistema, no esta ni siquiera en quienes administran el Estado, el poder presente en ellos son los grandes propietarios de las tierras y de los medios de producción, la oligarquía burguesa, ahora además, transnacional o transnacionalizada.
Construir un proyecto propio popular
Sin dudas que aún estamos en una crisis de unidad política del campo popular y ésta incluye a la concepción unitaria de la clase trabajadora también en conflicto hacia el interior de la Central. El tema es resolverlo democráticamente, hemos sostenido permanentemente que la salida de la crisis, sin hegemonías, será posible construyendo colectivamente los consensos de los sujetos sociales.
Siempre que hablamos de construcción propia se nos presenta la discusión de un principio de nuestra construcción, establecida como principio fundacional: la autonomía.
La autonomía fue y es un principio fundamental para la lucha de resistencia y esencial como base de la construcción de la identidad colectiva, pero para la construcción de la fuerza transformadora, es decir para la ofensiva colectiva social, es imprescindible dar un paso cualitativo, construir soberanía política popular.
El ejercicio soberano popular significa ejercer el derecho político ciudadano, colectiva y cotidianamente. Se reafirma de esta manera que no se trata de ejercer el derecho político ciudadano cada cuatro años delegando la soberanía en un representante político, más allá que este sea “popular”.
Si el ejercicio de la soberanía está puesta en el gobierno la discusión política queda entrampada en la representación política del Estado, y la resolución de cualquier proyecto político pasa por la disputa de la representación.
Esta discusión no es nueva ni novedosa, sólo bastaría una reflexión histórica sobre la clase trabajadora y su proyección política, del anarquismo, del socialismo y del comunismo, en el comienzo de la organización del movimiento obrero. Este proceso esta en este tiempo muy definido en cuanto a la caracterización de los gobiernos en América Latina respecto a la soberanía.
El tema es ¿Quién ejerce la soberanía de los pueblos? Tal vez ayude a esta comprensión comparar la definición de la Constitución de la República de Cuba: “En la República de Cuba la soberanía reside en el pueblo, del cual dimana todo el poder del Estado.”, con lo que expresa la Constitución de nuestro país, la República Argentina, “El pueblo no gobierna ni delibera sino a través de sus representantes”.
Está claro que para que el pueblo sea soberano, los sujetos sociales que lo conforman deben deliberar, construir identidad colectiva popular y tener capacidad de decidir como vivir donde viven. No caben dudas que la Constitución Argentina, como la mayoría de los países de nuestra América (que copiaron la constitución burguesa de los EUA en las constituciones nacionales pos-proceso independentista), es claramente liberal.
Diferente era el proyecto de “los Pueblos Libres” de Artígas que planteaba la “Soberanía particular de los Pueblos, unidos en Confederación”, muy bien reafirmada por el Comandante Andrés Guacurari (artigista) cuando escribió el Manifiesto a los pueblos misioneros orientales en poder del imperio portugués: “vengo a liberarlos pero no para gobernarlos, pues cada pueblo debe gobernarse a sí mismo”. Este proyecto de liberación y soberanía de los pueblos es el que marca este tiempo Latinoamericano.
Si analizamos este proceso desde los gobiernos, podemos ver que existen dos líneas de acción política expresadas en los llamados “nuevos gobiernos latinoamericanistas” la de: los progresistas dentro del sistema y los que proponen una construcción alternativa.
a) Los primeros, proponen la recuperación de los estados nacionales para proyectos nacionales de “humanización del capitalismo” y que puedan integrarse complementariamente en la regionalización. Son los que expresan un reformismo orientado a un “Neo-Estado Bienestar”. Este proyecto es liderado por Brasil y acompañado por Argentina.
En el 2004, en representación del PT y del Gobierno de Lula, (Genoino y Duce), decían ante delegados internacionales del campo popular: “Que el PT consideraba que en el Brasil no existían condiciones para un proceso revolucionario, por lo que su objetivo era hacer las reformas que generen las condiciones para que el pueblo resuelva el camino a desarrollar. Así se planteaban cinco reformas desde el gobierno: Previsional, laboral-sindical, tributaria, agraria y política”.
Reafirmando luego que ellos conformaron el PT (Partido de los Trabajadores), que si bien es un partido de clase nunca se planteó un gobierno proletario, sino de “alianza de clase”. Es comprensible, teniendo en cuenta el destino de las cinco reformas propuestas originalmente, que el objetivo reformista aún continúa en proceso.
Por otro lado, en la Argentina, Néstor Kirchner hizo su campaña con el lema “por un capitalismo serio” planteando la recuperación del rol del Estado para mayor Justicia social. Cristina ratificó este “proyecto” en pleno conflicto con la burguesía rural.
En esta línea, las dificultades planteadas son las contradicciones que generan los modelos productivos nacionales que no están planificados en función de la complementariedad regional. Salvo Brasil, que puede considerarse que expresa una estrategia productiva nacional (más allá del modelo), en la Argentina, como en Paraguay y Uruguay, el modelo productivo está desarrollado por la planificación transnacionalizada de la economía.
b) Los que proponen la construcción de un modelo alternativo. Esto fue asumido por los movimientos populares movilizados en Mar del Plata en el 2005, donde se acordó reconocer que el ALBA y el TCP eran propuestas alternativas. Lideran esta línea Venezuela, Bolivia. En este sentido, la propuesta la encuadran en la construcción de un nuevo Socialismo para este siglo.
Pero respecto a la construcción de la soberanía podemos conceptualizar estos dos lineamientos políticos entre:
1 - Los que no tienen pensado reformar sus constituciones, es decir que las reformas se llevan adelante con “leyes” dentro del orden político social y económico constituido (manteniendo sus Constituciones liberales). (Brasil, Argentina, Uruguay, etc.)
2 - Los que plantean Reformas constitucionales con el objetivo de producir reformas estructurales de participación política social, creando instituciones nuevas de mayor participación popular. (Venezuela, Bolivia y Ecuador).
Una cuestión claramente diferencial implica la búsqueda de transformaciones estructurales convocando a reformas constitucionales, donde el proyecto de fondo consiste en la transferencia de poder del Estado (del Estado burgués del modelo) al pueblo, creando nuevas institucionalidades de participación popular.
El resultado de estos procesos demuestran que las transformaciones pasan por el cambio de la correlación de fuerza y no solo con reformas de la institucionalidad. El poder real de las oligarquías burguesas son mucho más fuertes luego de las reformas neoliberales en nuestros países. El funcionamiento del capitalismo es político y socioeconómico, donde plantea el “progresismo” del ascenso vertical de las clases sociales. Está basado en la cultura de la desigualdad.
Una sociedad basada en la igualdad social requiere de una construcción cultural de la igualdad, es decir que la igualdad social no puede imponerse por “decreto”. No se puede pedir a un poder cuyo poder se sustenta en la desigualdad, que nos haga iguales, y mucho menos si no somos capaces de construirnos en igualdad de clase trabajadora y social-popular.
Aquí radica la comunión en la construcción “autónoma y soberana”, no podemos pedir o exigir o culpar a otro lo que nosotros no somos capaces de hacer. Para ser explícitos, nosotros nos convocamos a constituir la unidad política (igualdad) de la clase trabajadora en la CTA, ahora nos preguntamos si realmente ¿funcionamos en unidad clasista o existe un funcionamiento de jerarquías orgánicas de identidades intraclase? ¿Asumimos la igualdad soberana entre los empleados registrados, los no-registrados (sindicalizados o no-sindicalizados), los desempleados, los autogestionados, los voluntariados sociales, los domésticos, los rurales, los campesinos, los indígenas,…?.
Miremos el proceso de transformación venezolano, en cuanto a la unidad de la clase: tienen serías dificultades en la conformación de una central clasista para el proyecto bolivariano (la nueva central UNETE, luego de más de cinco años de haberse constituido no sólo no logró normalizarse sino que acaba de crearse otra central). En cuanto a la unidad popular, la apuesta a la reforma constitucional proponiendo la creación de Consejos Comunales de poder popular, no pudo avanzar al perderse el plebiscito el año pasado.
En Bolivia la reforma constitucional, constituyéndose en un país plurinacional, multiétnico, y estableciendo la soberanía de los pueblos originarios en sus territorios es una revolución profunda de poder popular, de allí la resistencia política de las oligarquías enquistadas en los estados burgueses, que quieren autonomía secesionista, y la descarada ingerencia interna imperialista estadounidense. Aquí se expresa la disputa histórica latinoamericana, puesto que la fuerza revolucionaria está en la identidad del sujeto histórico, indígena y campesino. Son la fuerza de estos movimientos los que podrán garantizar la transformación en Bolivia.
El Paraguay es otra expresión de esta disputa histórica, de un pueblo que fue el país más desarrollado de América latina en el siglo XIX y que fue destruido por el imperialismo liberal inglés asociado con las oligarquías burguesas de la región (Brasil, Argentina, Uruguay), ahora vuelve de sus cenizas, a tener una oportunidad en este contexto de liberación y soberanía latinoamericana. La posibilidad cierta de transformación estará en la construcción de poder popular concreto, la Reforma Agraria propuesta electoralmente solo podrá avanzar si hay unidad y fuerza organizada campesina-indígena. La Soberanía energética propuesta a partir de la renegociación de Itaipú y Yacireta, será posible con fuerza movilizada popular.
No podemos olvidar que las reformas neoliberales transfirieron riqueza nacional a las burguesías (multinacionales) con las privatizaciones, transfirieron patrimonio y la explotación de Recursos Naturales. Transfirieron poder del Estado a los sujetos dominantes transnacionales, las privatizaciones fueron en realidad, una desnacionalización, y para ello en la región con la “operación cóndor” destruyeron la fuerza popular con miles de asesinatos y desapariciones de militantes populares.
El “progresismo” apunta, más que nada, a la recuperación de lo perdido durante el proceso neoliberal, y la propuesta alternativa comparte con estos el hecho que la transformación del sistema debe pasar por la recuperación de lo mucho que se perdió.
El punto a resolver es que ambos necesitan para los cambios, mayor correlación de fuerza a favor del campo popular, y aquí resulta sustancial la definición de la concepción de soberanía, si la soberanía reside en el pueblo o si reside en “sus representantes”.
Nosotros, en el último Congreso Nacional de la CTA (2007) ratificamos la convocatoria a la Constituyente Social, a la negociación colectiva: Estado–Sociedad en una Paritaria Social y en la comisión de Internacionales se aprobó por unanimidad que nuestra estrategia es la construcción de la unidad de la clase trabajadora y unidad popular, reafirmando nuestra identidad popular latinoamericanista, considerando a la Constituyente Social como espacio de la construcción de esa unidad política y las Cumbres de los Pueblos, Foros Sociales, los espacios de unidad latinoamericana en la integración de los pueblos desde los pueblos.
Se puede aportar para el análisis del escenario político, el discurso de la presidenta Cristina Fernández en la última Cumbre del MERCOSUR realizada en Tucumán: “Estamos ante una oportunidad histórica en Sudamérica, que debemos aprovecharla. Porque tenemos soberanía energética con Venezuela, soberanía tecnológica industrial con Brasil y soberanía alimentaria con la Argentina”.
Está claro, tomando el caso argentino, que el pueblo no resuelve “qué se produce” y “qué se consume” en el país, si en Argentina se produce alimentos con capacidad de alimentar a cuatrocientos millones de personas y somos cuarenta millones con ocho millones con serios problemas de alimentación.
El poder que decide plantar y avanzar en el monocultivo de soja y producir para mayor rentabilidad, exportando la producción agroalimentaria, mientras hay familias, comunidades y pueblos argentinos con hambre, es evidente que este poder de decisión no está en manos de los pueblos, no es popular porque no hay poder popular. Y mucho más aún, si el Estado no puede garantizar ni siquiera la seguridad alimentaria vía redistribución de la renta.
La alternativa es, entonces, construir el poder popular para ser soberanos en la decisión de que producir, como hacerlo y que comer, que consumir.
Los movimientos sociales de la región asumimos e hicimos la Cumbre de los Pueblos del Sur en Posadas-Misiones, convocada para debatir y resolver acciones “por un modelo productivo que nos garantice la Soberanía Alimentaría”. Funcionando en tres Foros (Movimientos populares urbanos, Campesinos e Indígenas) ratificaron los objetivos convocando a una Campaña regional (Cono Sur) por la Soberanía Alimentaria, construyendo otro modelo productivo sobre una matriz de consumo popular.
En la región del Humedal, NEA-Litoral se expresa una clara identidad histórica y cultural de la liberación latinoamericanista y soberanía de los Pueblos. Fortalecidos por los procesos movimentistas populares, campesina e indigena de Bolivia y Paraguay, la Constituyente Social se convierte en una herramienta estratégica para construir la identidad y la fuerza popular que nos permita avanzar en la transformación transformándonos.
La región del NEA fue la más empobrecida por el neoliberalismo, teniendo todos los bienes naturales necesarios “para vivir bien”. En Corrientes en la reciente reforma constitucional aprobada se avanzó en definiciones fundamentales como la “soberanía del pueblo sobre el Acuífero guaraní y los Esteros del Iberá” y la posibilidad de la reforma agraria. Lo que se necesita es la fuerza popular para avanzar en el ejercicio de estos derechos.
La liberación y soberanía nacional será la liberación y soberanía de cada pueblo y de todos los pueblos, en cada territorio y en todo el territorio. La región, consecuente con su construcción histórica asume la Constituyente Social para la unidad política de los sujetos sociales claramente identificados en los movimientos de trabajadores urbanos, campesinos, indígenas, de jóvenes, mujeres y ancianos, sosteniendo el debate colectivo, para transformar transformándonos, para lo cual asumimos los objetivos unificadores de la construcción popular.
En este sentido, ratificando la lucha por la distribución de la riqueza y la soberanía popular, se propone lo resuelto en la Cumbre de los Pueblos del Sur (Posadas) como motor de la Constituyente Social: una Campaña Regional permanente por la Soberanía Alimentaria, construyendo otro modelo productivo sobre una matriz de consumo popular.
Considerando a la soberanía popular a la soberanía de los pueblos en sus territorios, de las tierras, de sus bienes naturales (el Agua, la energía,…), de sus medios productivos y su biodiversidad. Reafirmamos la disputa por la universalidad del ingreso como objetivo unificador de la clase trabajadora.
La soberanía Latinoamericana se construye en la integración de los pueblos, siendo esta construcción simultánea, es objetivo regional coser las fronteras con los pueblos hermanos del Sur desde nuestra revalorización cultural.

*Secretario de Integración Latinoamericana de la CTA.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Masacre: La prepotencia del cacique


Más de una semana después, puedo sentarme a ordenar algunas ideas. Me anonadó tanto odio y desprecio a la vida. Anduve tratando de entender las razones que primaron en la conducta de personas con quienes, muchas veces, compartí preocupaciones y busqué encontrar soluciones.


Pero ahí estaban los hechos, los tenaces hechos que no pueden borrarse, aunque se empeñen en hacerlo con vergonzosas triquiñuelas.
Copio argumentos: “El gobierno está politizando el tema”, “como ya he dicho antes, este caso está plagado de vicios”, “lo que estamos viendo es una trasgresión de las normas”, lo ha “enviado a San Pedro por un supuesto delito”, “que se respete el estado de derecho, que no se transgreda la ley”, “hay una evidente persecución política”, “el gobierno quiere hacer prevalecer un estado de sitio ilegal”.
Todas estas frases fueron dichas en apoyo de quien es señalado como el responsable de una masacre. Demuestran que ni uno solo de ellos, ha entendido que, aquello que llaman estado de derecho, es y ha sido siempre un conjunto de reglas que da impunidad a los actos de un grupo privilegiado. Es el caciquismo elevado a la categoría de Estado, algunas veces nacional y generalmente local.
Los brutales hechos
Durante tres semanas, Bolivia vivió el negro panorama de la violencia desatada por una minoría que, derrotada en la consulta popular, recurrió al vandalismo para sembrar el pánico y la zozobra. Lo lograron al punto de paralizar la acción de los sectores populares.
Por orden de los comités cívicos y prefectos opositores, en varias ciudades fueron allanadas las oficinas del gobierno central, destruido archivos, robado máquinas y muebles, golpeado y humillado a humildes trabajadores y, en fin, desbordado toda la ira de su derrota.
Las organizaciones sociales, que le habían dicho SI al programa de cambios, que habían confiado en que la oposición entendiese el sólido argumento del voto, comenzaron a reaccionar con el único instrumento que tienen: su movilización, su presencia masiva, que es como se expresa su unidad de conciencia. Marcharon hacia Cobija, la capital del departamento Pando, donde el prefecto y los comiteístas se habían apoderado del aeropuerto y de las oficinas públicas, del mismo modo que en otras ciudades.
Bastó que se conociera esa marcha, para que el prefecto y el comité cívico ordenaran impedir que llegaran. La orden fue drástica: a como de lugar. Se apoderaron de maquinaria pesada y cavaron profundas zanjas que, por supuesto, impedían el paso de vehículos. Los campesinos bajaron de los vehículos y comenzaron a caminar. Los matones de siempre, aquellos que hace ya dos años denunció la entonces Ministra de Gobierno, salieron a cumplir su misión. Alguien hizo un primer disparo y los sicarios, que sólo esperaban esa señal, sacaron sus armas. Las ráfagas eran incesantes. Los marchistas huyeron, se lanzaron al río, se escondieron en la selva. Nada detuvo a los criminales. Disparaban sobre hombres, mujeres, niños, ancianos, toda persona que se moviera delante de ellos. Habían destruido la marcha, pero ellos siguieron disparando. Ya no importaba detenerlos; había que eliminarlos físicamente.
El silencio de los vocingleros
He revisado los periódicos de los días siguientes a esa matanza. Los analistas guardaron silencio. Posiblemente estaban anonadados; habrá que reconocerles esa posibilidad. Pero no los encontré más adelante. Y cuando hablan, lo hacen en defensa del prefecto que ordenó la toma violenta de las oficinas públicas, que dispuso la movilización de los empleados de la prefectura, que autorizó el uso de maquinaria pesada, que sabía y posiblemente instruyó el uso de armas de fuego.
El gobierno dictó estado de sitio en Pando. No lo hizo en Santa Cruz, Beni, Tarija, donde también se desató la violencia de los caciques locales. La fuerza pública debió enfrentar a los matones que mataron a un recluta. Hubo que efectuar un operativo militar para ir ocupando, lentamente, la ciudad de Cobija. Recién entonces pudo ser detenido el prefecto que había provocado esta masacre y el vandalismo anterior. También hubo detenciones de quienes son acusados de haber cometido los crímenes o ser instigadores y cómplices de aquellos.
Recién entonces, comenzaron a manifestarse los analistas. Uno de los más conspicuos calificó esta masacre como “un argumento demasiado fuerte”; ese es el respeto que tiene por la vida de los demás. Otro de los más conocidos se contenta con decir que fueron a la guerra (los prefectos), pero no estaban preparados; le faltó decir que se preparen la próxima vez. Podríamos seguir con otros vocingleros. No habría que ocuparse de ellos, si no fuese porque la sucia campaña mediática los usa como punta de lanza.
Decir que, el gobierno está vulnerando lo ley, por dictar un estado de sitio, por mantener en prisión a quien es el principal responsable de los hechos, muestra que, cuando hablan de un Estado de derecho, simplemente defienden los privilegios de los caciques.
Similar papel juegan los magistrados que se apresuran a reclamar su autoridad para ejercerla en beneficio del culpable. Y tienen razón: como ellos pertenecen al régimen que agoniza, lo defenderán hasta el último momento.
Abrir el camino
Con el dolor que aprieta fuerte todavía, seguimos adelante. Se han sentado las bases de un diálogo. Están obligados, porque perdieron en las urnas y en las calles. Tratan, todavía, de mantener una cuota de prepotencia, pero ya no pueden callar a la mayoría que ha tomado nuevamente su terreno y que no les dará tregua.
Puede ser esta misma noche o en los próximos días, pero los prefectos deben saber que hay un gobierno central, paciente pero decidido a llevar adelante los cambios que son necesarios para encontrar la dignidad de todos los bolivianos y bolivianas.


*Periodista. Actualmente es Segundo Vicepresidente de la Cámara de Senadores de Bolivia

miércoles, 24 de septiembre de 2008

córdoba camina hacia una Constituyente Social


Dreizik: "Hora de tomarle el pulso a nuestras fantasías de país"


Guido Dreizik es el secretario general del gremio de prensa cordobés y secretario de Organización de la CTA de la provincia mediterránea. Cree que la Constituyente Social es una construcción colectiva que debe animar un debate integral sobre el proyecto de Nación que queremos.


Tener la verdad y el poder son sinónimos. Por estos días casi siempre la versión de la historia, la agenda de los temas que importan es impuesta por los medios de comunicación en manos de los grupos económicos más concentrados.
A esto lo tiene en claro el secretario general del Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Córdoba (CISPREN-CTA), Guido Dreizik, quien sostiene que “los 21 puntos para una radiodifusión democrática deben ser parte central del debate” en la Constituyente Social.
Teléfono mediante, charlamos con Guido largo y tendido. He aquí parte de ese diálogo:
¿Qué esperan ustedes de la Constituyente Social?
Sobre todo, poder compartir ideas, tomarle el pulso a nuestras propias fantasías sobre el país que queremos.
¿Con qué propuestas van a Jujuy el 24 y 25 de octubre desde el gremio de prensa de Córdoba?
Está contenida en los 21 puntos para una nueva Ley de Radiodifusión Democrática. La intención es lograr que se tome conciencia que estamos ante un problema que incumbe a todos los sectores del país.
¿O sea que no es un tema que importe sólo a los trabajadores de la comunicación?
Por supuesto que no. Hay que lograr que la sociedad se meta en el tema y lo debata a fondo. Distribuir frecuencias no puede ser un asunto que se decida entre cuatro tipos, algún funcionario y los representantes de los grupos económicos que son los dueños de la comunicación en este país dentro de un cuartito de dos por dos. Hay que abrir las compuertas a auna discusión amplia y plural.
Digame una cosa, ¿cómo se han ido preparando en esa provincia para aportar a la convocatoria de la Constituyente?
Bueno, fundamentalmente romando contacto con distintas agrupaciones del campo popular. Animando al debate de los problemas sectoriales y del país desde una perspectiva integral que resuelva en serio los problemas del pueblo argentino.
Desde algunos medios de comunicación de la prensa dominante, pareciera ser que se trata de instalar la idea de que la Constituyente Social es una reunión para discutir candidaturas, ¿usted qué opina?.
Esos argumentos interesados que bajan desde el poder se desarticulan aceptando el desafío de sintetizar las demandas populares en un programa adecuado, que necesita para su instalación saber encontrar el momento también adecuado. Nuestras propuestas, más que de candidatos, en general vienen acompañadas de planes de lucha. Se trata de determinar las prioridades, fijar el plan de acción que les de sustento y luego avanzar en la organización institucional de este nuevo espacio.
A su juicio, ¿hay una reactivación de la lucha salarial?
Este año no se consiguieron grandes resultados. Los formadores de precios volvieron a subir los alimentos a su antojo. Fue en los meses de febrero y marzo. Algunos productos de la canasta aumentaron casi el 41 por ciento. No hay aumento salarial anterior que hubiera podido compensar eso.
Se repite el viejo dicho de que mientras los salarios suben por la escalera los precios lo hacen por el ascensor.
Tal cual. Mientras los grupos económicos sigan formando los precios a su antojo amparados por la inacción del gobierno, el reparto de la riqueza continuará funcionando a contrapelo de la justicia. Es decir, seguirá en manos de los que más tienen.
¿ Y cómo se da vuelta la tortilla?
Esa pregunta da en el clavo para saber a qué vamos a Jujuy. Para nosotros, ese es el tema central a debatir en la Constituyente Social de octubre. Esa debiera ser nuestra marca en el orillo como Movimiento Político, social y Cultural, ¿no le parece?
Y sí, claro que me parece. ¿Qué espera que le diga?
Vamos terminando y Guido -cordobés al fin y al cabo- tira alguna chanza esperando alguna respuesta que no le va a llegar.
Nos comprometemos a vernos en Jujuy en octubre. Así será, si él no anda antes por la "Reina del Plata" convocado por alguna reunión de la FETRACCOM o alguna otra cuestión por el estilo.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Primer Reunión de Jóvenes hacia la Constituyente Social


13 y 14 de Septiembre, Ciudad de La Plata. Juventud de la CTA

Luego de la presentación de todos los compañeros presentes, siendo más de 40 y estar representando a más de 10 regionales del país, se procedió a la división del conjunto en 4 comisiones para discutir sobre como nos organizamos desde la Juventud de la CTA hacia la Constituyente que se lanzará en Jujuy en el mes de Octubre, como la militamos con mística y alegría.

Conclusiones por grupo

Grupo 1

Prioridades: fortalecer al Estado como promotor de la seguridad social (“El hambre es un crimen”), para que se distribuya la riqueza. Se debe tener unidad y mayor apertura para sumar a otros sectores, una acción sería realizar una Marcha Federal hacia la Constituyente, que aporte mística.
Con respecto a plantear una estrategia de organización se propuso hacer un actividad que nos nuclee como Juventud de la CTA en todo el país, hacerla con alegría.

Grupo 2

Se plantea el problema de la comunicación y lo necesario de generar herramientas comunicacionales propias, se propone crear un blog referido a “Jóvenes por la Constituyente”. En cuanto a la formación es fundamental para organizar, instancia de autoformación de la JCTA para generar pensamiento crítico, recopilar información en un solo lugar al que todos puedan tener acceso. Importancia de usar herramientas del Estado sin perder la autonomía.
Una acción concreta que se propone es antes de Jujuy hacer una actividad que atraviese a todas las regionales.

Grupo 3

Prioridad: organizarnos, juntarnos más, importancia de la distribución de la riqueza, de la niñez. No confundir al enemigo.
Acciones: El hambre es un crimen, código contravencional, 82% móvil, un día de actividad en cada regional que nos unifique, darle difusión.

Grupo 4

Prioridades: unidad y organización del campo popular. Para que?, para redistribuir la riqueza, lograr la soberanía y la democracia participativa.
Como? A través de un proyecto político común (Constituyente) con un plano organizacional nacional, provincial y local.
Acciones: mostrar organización y unidad comenzando con una acción en común de todas las regionales presentes y otras, para esto proponemos una jornada de convocatoria y difusión de la Constituyente previa a Jujuy que gire en torno a un mismo eje en todas las regionales.



Plenario

Ya en plenario, se definió que la actividad en conjunto de todas las regionales debía hacerse. La misma debe demostrar la fuerza de la JCTA organizada en la calle, que sirva para mostrar que la Juventud de la Central también está organizada, discutiendo y apostando a la Constituyente Social.
Se definió entonces, que este hecho político se produzca el Sábado 11 de Octubre (día del último grito de libertad), bajo el lema “Ni un pibe menos”, y bajo esta consigna que se demuestren distintas problemáticas como: el hambre es un crimen, gatillo fácil, reclamo por la personería gremial. La misma será enmarcada en apoyo al Presidente Evo Morales y a todo el pueblo Boliviano.
Se planteó que la síntesis de lo discutido se difunda, para así sumar a otras regionales a la actividad y a militar la Constituyente Social.
Finalmente al cierre de la reunión se hizo presente parte de la conducción de la CTA provincia de Buenos Aires, estando su Secretario General Hugo “Cachorro” Godoy entre otros compañeros que informaron como viene la organización de la Constituyente, y para celebrar este paso organizativo que dio la Juventud de la CTA.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Sin López no hay nunca más!!!


Comunicado de Prensa


A través de las siguientes líneas, la Mesa Social de Río Cuarto, de la cual participa la Juventud de la CTA, emite un comunicado adhiriendo a la marcha que se realizará en nuestra ciudad el próximo Jueves 18 de Septimebre para exigir por la aparición con vida del compañero Jorge Julio López, quien está desaparecido desde hace dos años.


Desde este espacio colectivo, abierto y plural que constituye la Mesa Social de Río Cuarto, y a dos años de la desaparición del compañero Jorge Julio López, nos movilizamos tras la exigencia de aparición con vida, juicio y castigo a los genocidas y a sus cómplices, y por el desmantelamiento del aparato represivo.

Asimismo, es necesario señalar que a partir del secuestro del compañero López, se han venido sucediendo una serie de intimidaciones perpetradas contra militantes populares que generan una situación de inseguridad que no debemos subestimar.

El avance de la conflictividad social a través de innumerables reclamos sectoriales nos habla a las claras de que es imprescindible modificar el actual patrón distributivo que rige en nuestro país.

Creemos que el creciente protagonismo popular es el motivo de la exaltación violenta de los sectores reaccionarios que tratan de preservar sus privilegios económicos, sociales y políticos.

Debemos dar un mensaje claro a la sociedad para poner freno a estas prácticas violentas que buscan imponer el miedo; para que no tengamos nuevos desaparecidos, para que no vuelvan a aparecer formaciones con tintes paramilitares y para no tener intentos desestabilizadores ni golpistas como suceden en la hermana República de Bolivia.

No podemos ser indiferentes con estas cosas que suceden aquí y en Bolivia porque “la indiferencia es un pacto con la impunidad”.

Exigimos verdad y justicia, por eso nos sumamos al reclamo por la investigación de todos los casos diciendo que “el Estado es responsable de saber lo que pasa y de informar al pueblo de lo que sabe”.

Tomar posición por los humildes es una actitud frente a la vida que está reñida con los sectores del privilegio, por eso debemos honrar a compañeros como Jorge Julio López que se han destacado por su compromiso con la causa liberadora de nuestro pueblo.

Recordar a los desaparecidos es también reconocer a todos los que se involucran con la lucha por la liberación nacional y social de nuestra Patria, es reconocer a todos los que hacen denodados esfuerzos para erradicar la exclusión social y la explotación a que se ven sometidos millones de compatriotas.

Son ellos los que a partir de una mirada profunda sobre las necesidades de nuestro pueblo, obran en consecuencia. Son ellos los que pertenecen a un enorme voluntariado que se extiende a lo largo y ancho de nuestra Nación, pasando por cuanta “copa de leche”, villa, barrio, escuela, o sindicato se interponga en su camino para aportar su granito de arena.

Jorge Julio López, nuestros hermanos campesinos de Bolivia masacrados en Pando, y todos nuestros compañeros desaparecidos serán motivo de eterna recordación y una bandera de lucha para quienes decidan seguir sus huellas.

martes, 16 de septiembre de 2008

A pesar de La Noche de los Lápices, hoy los lápices siguen escribiendo



El 16 de septiembre de 1976 10 estudiantes secundarios de la Escuela Normal Nro 3 de la Plata son secuestrados tras participar en una campaña por el boleto estudiantil. Todos tenían entre 14 y 17 años.
Los estudiantes secundarios y la política en 1973-1974. El arribo de la democracia en el mes de mayo de 1973, luego de un proceso creciente de enfrentamientos contra la dictadura militar que gobernaba desde junio de 1966, trajo consigo la irrupción en la vida política y social de los distintos sectores populares que habían experimentado un crecimiento sustancial durante las luchas; entre ellos, los estudiantes secundarios.En el movimiento estudiantil secundario se vivieron experiencias hasta ese momentos inéditas en lo referente a participación política, en tanto ésta es atendida en un sentido partidario más o menos directo. El diario La Opinión editó en 1973 un suplemento dedicado al análisis de los fenómenos políticos entre los adolescentes. En dicho suplemento se publicaron los resultados de una encuesta que realizó el periódico entre 252 estudiantes. Se comprobó que el 30.3% de los jóvenes encuestados tenía participación política de algún tipo.La política había impregnado el conjunto de la vida estudiantil, dentro y fuera de los colegios. Las organizaciones políticas vieron incrementado notoriamente el número de sus militantes y el grado de su influencia, según el suplemento citado, "las tres fuerzas más importantes son en este orden, la Unión de Estudiantes Secundarios, (UES), la Federación Juvenil Comunista (FJC) y la Juventud Secundaria Peronista (JSP)". En aquellos años se había alcanzado un nivel de conciencia, acción y participación bastante elevados con lo cual el nivel de cuestionamiento al sistema capitalista era de por demás peligroso para la Burguesía y los sectores reaccionarios de nuestro país.
EL GOLPE DE 1976 En la historia de nuestro país, como en el resto de América latina, los golpes de Estado siempre estuvieron al servicio de la clase dominante, y del Imperialismo. Pero el Golpe de Estado de 1976 se podría caracterizar no tan solamente, como el más sangriento, sino que también se lo puede caracterizar como el más pro-imperialista, ya que el estado político-económico que dejo la dictadura a nuestro país le sirvió al Imperialismo para garantizar su hegemonía en la región durante varios años. Uno de los objetivos más tenazmente buscado por la dictadura militar que gobernó entre 1976 y 1983, fue neutralizar a buena parte de la juventud y ganar a una porción para su propio proyecto reaccionario.
Cuando asumieron, en 1976, los militares consideraban que en la Argentina había una generación perdida: la juventud, rebelde y contestataria. La política hacia los jóvenes parte de considerar que los que habían pasado por la experiencia del Cordobazo y demás luchas previas a 1973, los que habían vivido con algún grado de participación del proceso de los años 1973,74 y 75, los estudiantes universitarios y los jóvenes obreros, eran en su mayoría irrecuperables para los milicos genocidas y en consecuencia había que combatirlos. El ser joven pasa a ser un peligro.EL TERROR EN LAS AULAS Uno de los aspectos más dramáticos de la represión vivida en aquellos años, fue el secuestro de adolescentes. Llegaron a 250 los desaparecidos que tenían entre 13 y 18 años, claro que no todos estudiaban. Muchos se habían visto obligados a abandonar la escuela para incorporarse al mundo del trabajo.Pero de los procedimientos utilizados, surge claramente que no se trataba de hechos aislados, sino de una investigación pormenorizada de distintas escuelas. El 16 de septiembre de 1976, 10 estudiantes secundarios de la Escuela Normal Nro 3 de la Plata, son secuestrados tras participar en una campaña por el boleto estudiantil. Todos tenían entre 14 y 17 años y militaban solidariamente en distintos barrios y villas de la ciudad de La Plata, porque no eran pibes ingenuos sino que eran concientes, militantes y comprometidos con un proyecto de país que exigía justicia social. El operativo fue realizado por el Batallón 601 del servicio de Inteligencia del ejército y la Policía de la Provincia de Buenos Aires, dirigida en ese entonces por el general Ramón Camps, que califico al suceso como "accionar subversivo en las Escuelas". Este hecho es recordado como "La noche de los lápices".

Solo tres de ellos aparecieron un tiempo después. Pablo Díaz, uno de los liberados, declaró en el juicio a las ex juntas: “Levantaron chicos en algunos colegios que ellos tenían marcados, y enemigo era todo aquel estudiante que se preocupara por los problemas sociales, por fomentar entre los estudiantes la participación y la defensa de los derechos de los mismos”.
Hoy, Los lápices siguen escribiendo.Hoy los estudiantes secundarios están de a poco recuperando aquella tradición de lucha y defensa no solo por los derechos a una educación al servicio del pueblo y con mayor presupuesto, sino que también están recuperando la conciencia de que es necesario un nuevo modelo de país inclusivo y justo, en el que haya una justa distribución de la riqueza.Hoy, los secundarios, sector dinámico de nuestra sociedad tienen un doble desafío, que es la de reconstruir la memoria de lucha de nuestro pueblo y la de reorganizarse para enfrentar el precario estado en el que se encuentra nuestra educación. En este marco un grupo de jóvenes secundarios se vienen organizando dentro de la Juventud de la CTA para recuperar aquellas banderas, para no olvidarlas y hacerlas carne. Y en eso estamos, militando para continuar creando organización popular.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Se acerca el día en que las paredes serán derribadas


Jujuy camina hacia una Constituyente Social

Milagro Sala: “Invitamos a todos a discutir cuál es la Argentina que queremos”

En una conferencia de prensa brindada el sábado en Jujuy, dirigentes nacionales de la CTA dieron precisiones acerca de la convocatoria a una Constituyente Social que tendrá lugar los días 24 y 25 de octubre en esa provincia del norte argentino.
Con la visita del secretario de Relaciones Institucionales de la Central de Trabajadores de la Argentina, Víctor de Gennaro, en la sede de la Organización Barrial Tupac Amaru, con su principal dirigente, Milagro Sala y Fernando Acosta, Secretario General de la CTA y de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE-CTA) jujeños se realizó la rueda de prensa.
Los dirigentes de la CTA estuvieron acompañados por la Organización de Desocupados de Jujuy (O.D.I.J); el Movimiento Territorial de Liberación (MTL-CTA); Argentina Grande; Consejo Consultivo y la nueva integrante de la Red de Organizaciones Sociales, la Organización Barrial Pueblo Unido Atahualpa Yupanqui.
La inauguración de la Constituyente Social se hará en el Barrio Tupac Amaru, en Alto Comedero. Al respecto de lo que será este encuentro, Milagro Sala, dijo: “Vamos a charlar y a debatir sobre tres puntos fundamentales: cuál es la Argentina que queremos los argentinos; donde se sacará la plata para cubrir el hambre, para que no haya niños muertos, es muy grave decir esto, pero lamentablemente en la Argentina muchos niños se mueren de hambre; y cómo se comienza a proyectar para producir trabajo para los que menos tienen, y también pensar en una vivienda digna, conversar sobre el panorama latinoamericano".
La secretaria de Acción Social de la CTA añadió que "estamos acá junto a ocho organizaciones sociales, pero no solamente se va a realizar la Constituyente con las organizaciones sociales, sino también se va a trabajar con los sindicatos y con compañeros de distintos sectores y de varios partidos políticos”.
A renglón seguido, Milagro agregó: “La Constituyente Social va a traer muchas expectativas, discusiones, una convocatoria abierta, invitamos a todos a discutir cuál es la Argentina que queremos. Quiero aclarar que hace 20 años los argentinos estábamos peleando por una Argentina mejor. No fuimos escuchados, no nos olvidemos que se sacó a cinco gobernadores corruptos de nuestra provincia, y hoy son diputados, algunos senadores. Nos quieren enseñar a nosotros cómo tenemos que vivir. Cuando a nosotros nos dieron plata les demostramos que una organización con poca plata hace grandes obras, y que supimos administrarla para lograr grandes cosas y poder darle dignidad a nuestra gente. En la provincia de Jujuy está a la vista lo que hicimos” finalizó para darle paso a De Gennaro.
“La Organización Barrial Tupac Amaru es el ejemplo de organización y crecimiento en el país” comenzó diciendo De Gennaro, para continuar afirmando sobre la convocatoria a la construcción de una Constituyente Social: “Jujuy representa no sólo la historia, la cultura, por eso es algo simbólico estar aquí en la sede de la Tupac Amaru, en la recuperación de lo que son los pueblos originarios, en esta América que lucha. Es necesario no solamente unificarnos por lo que no queremos sino también construir la unidad que queremos”. De Gennaro continuó haciendo un especial reconocimiento al trabajo social, político y barrial de la Tupac Amaru, definiéndola como la organización popular más grande y más importante en cuanto a la dinámica organizativa y a la construcción de autonomía y de participación popular.
“No por casualidad empieza a tener réplicas en otras provincias, que con sus características propias va a ir alentando la construcción de estos movimientos sociales” agregó De Gennaro. Sobre la trascendencia que este encuentro de los próximos 24 y 25 de octubre, y la importancia que acarreará para la sociedad toda por el tratamiento de los contenidos y por la diversidad de sectores que participarán, De Gennaro manifestó que “vamos a poner en marcha una pelota que no va a parar. La unidad se construye partir de que somos diferentes, todos tenemos nuestras particulares, pero la construcción de la verdad colectiva se construye con todos. Estamos viviendo en estos días la preocupación, la angustia, pero también la convicción de que nuestros compañeros bolivianos enfrentarán victoriosos este intento de fractura. Nosotros todos los días trabajamos para unificarnos, encontrar nuestra fuerza, la Constituyente Social es eso y la Tupac Amaru es un claro ejemplo. Veamos lo que lograron, viviendas dignas, trabajo para su gente, salud pública con una amplia cobertura, educación. Es posible, pero siempre con unidad” expresó por último.
Y en ese camino estamos los jóvenes militantes de la CTA de Río Cuarto, preparándonos hacia la Constituyente Social, para decir presente!!!.

Equipo de Comunicación de la Organización Barrial Tupac Amaru-CTA

lunes, 8 de septiembre de 2008

Comunicado de Prensa de la CTA Provincia de Córdoba


Por la inmediata liberación de los compañeros detenidos
Por la renuncia del gobierno provincial
Inmediata convocatoria a elecciones
La CTA Córdoba expresa por este medio su solidaridad con los compañeros detenidos al mejor estilo de la dictadura militar en la madrugada del día 6 y exige su inmediata liberación.
Estas detenciones son consecuencia de la lucha que llevan adelante los trabajadores y jubilados cordobeses por el recorte a los haberes jubilatorios estatales que realiza el gobierno de Juan Schiaretti, inmerso en una profunda crisis producto de su ilegitimidad de origen y el olímpico desprecio por las instituciones de la que hace gala la corruptela política que lo sostiene desde la gestión de De la Sota.
La CTA Córdoba adhiere y convoca a sus afiliados a participar de las medidas de fuerza y movilización que se realizan desde el día de la fecha, por la libertad de los compañeros detenidos, la renuncia del gobierno provincial y la convocatoria inmediata a elecciones.

Córdoba, 8 de septiembre de 2008

Roberto Bardach Oscar Mengarelli

Secretario Gral. CTA, Cba. Cap. Sectreario Gral. CTA Pcia. de Cba

lunes, 1 de septiembre de 2008

Ese día sí que fue para festejar!!!









La Mesa Social de Río Cuarto conformada por más de 16 organizaciones sociales de nuestra ciudad (entre ellas la CTA), festejaron el Domingo 24 de Agosto el Día del Niño en el barrio Jardín Norte.
Allí, ante la presencia de aproximadamente 700 personas entre padres, niños y curiosos, se pasó una hermosa tarde de calor y viento típico riocuartense que nos envolvió en tierra. En esta oportunidad los festejos se prolongaron desde las 15 a las 18 Hs. cubriendo la jornada de juegos como voley, fútbol callejero, cama elástica, peloteros, zancos, y la murga de la Juventud de la CTA "Los Retumbones desbocaos", así como también de chocolate, facturas y pan casero sin faltar por supuesto las golosinas para los pibes que se acercaron a compartir, tanto de los barrios Jardín Norte, Mugica y el IPV Banda Norte.
Como decía el parte de prensa brindado por la Mesa Social "hay un solo día del niño y muchos niños que sólo ese día son tenidos en cuenta. En Río Cuarto hay muchos niños que no comen con sus papás. Hay muchos niños en edad escolar que no van a la escuela. Hay muchos niños que son obligados a prostituirse. Hay muchos niños que son golpeados. Hay muchos niños que son explotados laboralmente. Hay muchos niños que son discriminados por su condición social. Hay muchos niños que no tienen quién los ame. En Río Cuarto hay muchos niños que no tendrán un futuro feliz. Son muchos niños para un solo día. Por eso, desde la Mesa Social decimos :Todos los días, todos los niños".
Y fue ante este marco que se festejó, se reivindicó y exigió que todos los días todos los niños: comiendo en sus hogares con sus papás, quienes tengan un trabajo digno que pueda satisfacer las necesidades materiales y espirituales de la familia. Todos los días, todos los niños integrados a una comunidad sin diferencias sociales. Todos los días, todos los niños educándose en el compañerismo, la riqueza de la diversidad, la ternura, para crecer a partir de la propia identidad y ser protagonistas de nuestra historia.Todos los días, todos los niños festejando la niñez, porque festejar es también es resistir.
Así, la Mesa Social continúa caminando por este sendero de militancia, compromiso y mística.

Jornadas de Difusión en la Universidad Nacional de Río Cuarto


Colectivo Solidario

Te invitamos a ser parte y a sumarte a este espacio autónomo e independiente de los partidos políticos, empresas y gobiernos.
Realizamos diversas actividades solidarias (copa de leche, apoyo escolar, roperos comunitarios, jornadas solidarias, taller de murga, talleres de salud comunitaria, microemprendimientos, recreación, etc.) en tres barrios de nuestra ciudad: Jardín Norte, Hipódromo y Las Delicias.

Te convocamos a subirte a este colectivo solidario y militante.

Comunicate con nosotros por mail juventudctario4@argentina.com
Ingresá a nuestro blog: juventudctario4.blogspot.com
O acercate a las reuniones los Jueves a las 20 Hs. en Sebastián Vera y 9 de Julio.
Organización Territorial Malón- Juventud CTA


Todos los años, los jóvenes militantes de la Central nos acercamos a la Universidad Nacional de nuestra ciudad para difundir las diversas actividades solidarias que realizamos en barrio periféricos, y también de aquellas culturales como la murga, el ciclo de cine y la biblioteca popular. El principal objetivo de esto es ponernos a la luz, darnos a conocer para que más jóvenes se acerquen y se sumen a este proyecto militante que busca principalmente, la justa distribución de la riqueza, la justicia social, la soberanía y la igualdad.