Gabriel Colipi es mapuche, tiene 33 años y ocupa la secretaría de Relación con los Pueblos Originarios de la CTA fueguina desde la que trabaja incansablemente en la pelea por la tierra. En diálogo con ACTA se explayó en los detalles de sus luchas cotidianas.
¿Cómo llegaste a la CTA?
Hace 6 años se formó el Foro Social Urbano de Tierra del Fuego cuando quisieron hacer una represión en los barrios para desalojar a la gente. Fue un desalojo masivo y ahí se creó el Foro formado por 12 barrios de Ushuaia y otros de Río Grande. Yo empecé a trabajar en el Foro que luego se sumó a la CTA.
¿Cuál es el trabajo que hacen?
Básicamente estamos con los pueblos originarios; en Tierra del Fuego hay 4 etnias. Ahora estamos trabajando mucho con el pueblo Jau que tiene un problema con su cementerio porque fue ocupado por terratenientes de la zona. Ahora, por ejemplo, el lonco (cacique) de la comunidad está por fallecer y no tienen dónde enterrarlo, entonces la pelea es para recuperar el cementerio y que pueda ser enterrado donde están sus parientes. Eso por un lado, y después como secretario, estamos haciendo varias cosas relacionadas con la recuperación de las tierras ancestrales. Estamos buscando un abogado para que nos represente y tratando de ayudar a otras comunidades. Además, estamos pidiendo que se haga un relevamiento territorial para que se nos devuelva la tierra que nos pertenece ancestralmente; el tema es que no se está aplicando la ley, por eso vamos a seguir en conflicto: el Estado está incumpliendo con el tema de las tierras.
¿Cuál es la situación del monocultivo en el Sur?
En Argentina se están aprobando estos proyectos extractivistas para plantar soja en Neuquén. La misma empresa que quiere plantar soja en Chaco con capitales árabes también está en el Sur, los chinos también están y lo que propicia este Estado nacional es el extractivismo sojero y minero: el saqueo de las tierras. El otro día vimos que la Presidenta planteó ante las 20 naciones más poderosas del mundo ir con un capitalismo que no sea anárquico pero ya sabemos para dónde va el proyecto nacional. Por eso toda la población tiene que estar solidarizándose con los pueblos originarios porque tarde o temprano, el problema de la tierra nos va a llegar a todos.
Además está el problema de lo altísima que está la canasta básica
La canasta básica está como 9 mil pesos y los alquileres son muy caros, por eso el tema de la vivienda y la propiedad de las tierras es fundamental. Gracias a nuestra lucha, se creó una ley contra los desalojos, ahora hay que hacerla cumplir: si nos quieren desalojar nos tienen que dar una casa, una vivienda digna.
¿Qué aprendiste en la CTA?
Yo era un artista, un artesano pero me asenté en un barrio con personas de distintas etnias, había muchos quechuas y aymaras y ahí empecé a articular porque gran parte de la población es originaria y así empecé con el Foro que se había organizado en 2005. Desde que estoy en la CTA aprendí lo que es la política y su arte: cómo tratar con el Estado y su burocracia.
¿Qué es lo que más te entusiasma de estar en la Central?
Nosotros éramos un movimiento territorial que militábamos en el edificio de la CTA y de a poco fuimos conociendo el gremio y nos interesamos en él. Me parece genial estar en esta secretaría porque puedo articular muchas cosas de las etnias: los coyas, los mapuches, los aymaras, los quechuas. Rescato la solidaridad que hay para articular las distintas actividades y con la pelea por el territorio, todos vamos tomando conciencia que, además de por los aumentos salariales, debemos también y fundamentalmente pelear por la tierra.
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