El debate sobre el sistema previsional argentino está de nuevo en la picota, y es un tema que desde los trabajadores organizados en la CTA y diversos sectores de la comunidad hemos logrado instalar para seguir avanzando. Porque el gran paso que se dio el año pasado, de restablecer el sistema público de la previsión social, no estuvo acompañado de un reconocimiento a la fuerza que motorizó esa lucha, e hizo posible terminar con ese negocio formidable para unos pocos vivos de los bancos multinacionales que eran las AFJP.
Y esos luchadores fueron los jubilados, que en la ley aprobada fueron dejados de lado porque se reconoció una movilidad trucha mediante algunos artículos que deben ser hoy revisados y están a punto de serlo, y desde ese punto de vista los trabajadores de la CTA nos sentimos plenamente satisfechos.
¿Porque? Por un lado, porque hoy el 86% de los jubilados, alrededor de 3 millones 900 mil personas, cobran una jubilación de 890 pesos, cuando deberían estar cobrando el 82% del salario mínimo vital y móvil que está en 1500, o sea 1230 pesos. Esto es absolutamente posible porque significaría un costo de entre 16 y 18 mil millones de pesos anuales, y algo perfectamente concretable desde las arcas del poder Ejecutivo nacional.
Pero además es importante recuperar plenamente la movilidad de 82% móvil para todos los jubilados, de acuerdo a la categoría y la tarea laboral que realicen en la actualidad los trabajadores activos.
De la misma manera que se deben universalizar los fallos Sánchez y Badaro, mediante los cuales la Corte Suprema reconoció a estos trabajadores el derecho a cobrar el 82% móvil, universalizando estos fallos hacia el conjunto de los jubilados, lo que implicaría una actualización de haberes entre el año 1991 al 2010, que también implicaría una erogación relativamente baja, de 18 mil millones de pesos para el conjunto de los trabajadores jubilados.
Estas situaciones, insistimos, son absolutamente posibles de ser cubiertas por parte del Poder Ejecutivo Nacional, porque el ANSES hoy tiene un fondo de garantías de 150 mil millones de pesos, y paga subsidios a grandes grupos económicos por valor de 40 mil millones.
Pero también porque está pendiente de discusión en el Congreso nacional y debería ser resuelto por el Poder Ejecutivo de forma inmediata, a través de una ley o decreto, la restitución de los aportes patronales: si hoy los grandes grupos económicos, no los pequeños y medianos, volvieran a tener como lo tuvieron antes de que gobernara el innombrable y destruyera el sistema previsional, los aportes previsionales del 16%, hoy ingresarían de manera extraordinaria mas de 20 mil millones de pesos por año a las arcas del Poder Ejecutivo nacional.
O sea que además de los recursos existentes, también habría formas de incorporar recursos nuevos, tanto desde la restitución de esos aportes como de otras modificaciones al sistema previsional para que paguen los que más tienen en nuestro país.
En definitiva, tenemos una situación donde los jubilados, a través de su lucha, lograron que se modifique el sistema previsional y se restablezca el sistema público. Pero habiendo logrado esto, estos recursos siguen sin estar hoy a su disposición, sino a la de los grandes grupos económicos a los que el gobierno nacional les da subsidios.
Entonces es justo, necesario, y absolutamente posible en términos económicos que hoy se garantice a través de una nueva ley el 82% móvil para los jubilados, particularmente para los que cobran la mínima, y estableciendo además otras formas de aplicación del 82 % sobre el sueldo promedio básico de los trabajadores activos.
Sería esto un gran avance y un gran objetivo que desde la CTA siempre nos hemos planteado, porque las dos prioridades a tener en cuenta en la vida de nuestra sociedad, como en la de cualquier familia, son la necesidades de vida, educación y salud para los pibes menores de 18 años, nuestros hijos y nietos, y para quienes a través de si vida han dado lo mejor de sí para que este país pueda desarrollarse, que son nuestros jubilados y merecen la mayor de las justicias y los reconocimientos.
Entendemos que recuperar el 82% móvil es una forma de recompensar y reconocer tanto sacrificio que han hecho a lo largo de todas sus vidas, en términos personales y colectivos, para ir construyendo la patria que necesitamos.
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