lunes, 22 de diciembre de 2008

Una ciudad para todos


Los ejes de debate que habíamos soñado plasmar en una mesa política con el recambio generacional en la política partidaria en Río Cuarto desde junio de 2008 con el triunfo del candidato de Río Cuarto para Todos, Juan Jure, con el transcurrir de un semestre da la sensación que se ha sepultado.

O, al menos, deberá modificarse mucho en el próximo año que se avecina porque para concretar el verdadero sueño de justicia social la mayoría del pueblo riocuartense necesita definiciones mucho más trascendentes y mucho más que buenas intenciones de parte de las autoridades municipales.
Ya en Junio de 2008, apenas pasado el acto electoral, esbozábamos que en la segunda ciudad más importante de la provincia de Córdoba la democracia estaba en deuda con la mayoría de los habitantes y se había reflejado en la cantidad de votantes.
Sólo el 59,01% -en este porcentaje no se consideran los votos en blanco, nulo e impugnados porque no se cargan en los datos estadísticos, si sumamos esos votos se llegaría al 63%- de los electores habilitados fueron hacer uso de su derecho de emitir su sufragio positivo concurrieron al acto electoral (69.578 de 117.902 habilitados).
A ello debemos expresar que el partido político ganador había obtenido el 30,50% de la voluntad de los votantes (35.966 sobre 117.902), y el resto de las fuerzas políticas partidarias recolectaron: Unión por Córdoba, el 18,80 % (22.176 de 117.902), Frente de la Gente, 4,28% (5.056 de 117.902), ARI (Coalición Cívica), 3,86 (4.559 de 117.902) y MST, 1,54% (1.821 de 117.902).
Estos números marcan en forma elocuente que en Río Cuarto con 155.911 habitantes –de acuerdo con el censo provincial 2008-, los partidos políticos de hoy deben modificar su estructura porque si este recambio generacional de actores en la “patidocracia” riocuartense no consigue modificar los intereses con los que se construye la sociedad, los cambios de actores sólo será eso, cambio de actores, pero en el mismo escenario y sin modificar un ápice el libreto de crecimiento con desigualdad social.
Dos de los ejes de campaña que llevaron a la intendencia a Juan Jure fueron la Obra Pública y doble escolaridad para todos los niños en edad de concurrir a los Centros Educativos. Ambas están lejos de concretarse.
Si bien es cierto, en el presupuesto del próximo año existe una suba importantísima para el área educación, el deseo de comenzar con la doble escolaridad en el 2009 en varias escuelas hoy está parado por una discusión burocrática entre la Provincia y la Municipalidad, mientras 5.000 niños y jóvenes en edad de estar concurriendo a la escuela siguen esperando que las buenas intenciones se cristalicen en decisiones efectivas que definitivamente los alejen de la marginalidad en la que están creciendo.
La Obra Pública ya lo conocemos. La falta de envío de fondos del Gobierno nacional y provincial, hicieron detener los frentes de obras que había comenzado su antecesor en la Intendencia, Antonio Rins. A ello, se debe sumar que el déficit habitacional –según el INDEC- es de algo más de 7.000 familias. Por ahora los planes de viviendas no comienzan con su ejecución, más allá de que hay anuncios a nivel nacional de que esa posibilidad se puede abrir, pero sólo alcanzaría para cubrir un ínfimo porcentaje de esas necesidades.
Al contar con mayoría parlamentaria para su gestión (Jure tiene 11 concejales de 19 con que cuenta el cuerpo), el haber sumado dos nuevas fuerzas políticas al debate (Frente de la Gente y Coalición Cívica) constituían una verdadera esperanza, para que desde la elección del 22 de junio de 2008 se comenzara a transitar hacia un verdadero camino de justicia social, con un proyecto de un “Río Cuarto para Todos”.
Pero rápidamente, las nuevas caras que llegaron al Concejo Deliberante y al Departgamento Ejecutivo, darían cuenta que los parámetros partidarios de la política estaban intactos. Un martes de octubre y mientras la ciudad estaba distraída con una ruidosa movilización de obreros de la construcción, los concejales aprobaron, por unanimidad, una ordenanza que implicará una suba del 150 por ciento en sus salarios. El intendente, que a su juicio estaba retrasado en sus ingresos, pasó de ganar 3.300 pesos a 6.900.
Llegaron los intentos de despegar y gestos de la misma política partidocrática para no quemarse con el escándalo público. El intendente anunció entonces un recorte en su salario y el de la planta política del Municipio hasta diciembre. Entonces, pasó de percibir $ 6.900 a $4.830, los secretarios de $ 5.520 a $ 3.863 y los subsecretarios de $ 4.830 a $ 3.381, esto, claro está, hasta el último día de este año que el 2009 ya se verá como van las cosas en materia de retribuciones para la clase política.
Los concejales idearon un “paquete propio”: “ediles full time”, que pasaron a cobrar 6.220 pesos mensuales y “part time”, es decir sin dedicación exclusiva, que percibirán $5.510 (el aumento de sueldos es escalonado, llegan a esas cifras este mes de diciembre). El copiar la actitud del Ejecutivo, hizo que hasta este mes, los ingresos de los concejales estuvieran en el orden de los 3.380 pesos.
La convicción de haber observado el crecimiento político de muchos de estos actores y de que era el tiempo para cambiar la forma de desarrollo de la ciudad –con más inclusión, más equidad-, había quedado atrás.
Atónitos observamos cómo las cuatro expresiones políticas partidarias de la ciudad votaban el aumento de sus salarios, sin que se produjera una movilización popular –en eso fallamos todos los actores sociales- para rechazar lo que ya era un hecho consumado.
En el medio hubo disputas y todas terminaron siendo ganadas por los que siempre tuvieron el poder real y económico en la ciudad: La empresa recolectora de residuos y la de mantención de alumbrado público, Gamsur, al final terminó recibiendo el reconocimiento de deuda e incremento en la tarifa de recolección de residuos. Los Slots (CET-Entretenimientos S.A. del Grupo Roggio) sigue con la habilitación de sus salas tragamonedas desde la mañana y hasta la madrugada del día siguiente. En ambas peticiones los empresarios “sacaron” a sus empleados a la calle para que protesten por la incertidumbre ante la “pérdida de puestos de trabajo”.
La firma IBM, tendrá una vez más una contratación directa por más de un millón de pesos para la continuidad del desarrollo informático y provisión de equipamiento a la Municipalidad. Los que conocen, dicen que con otro sistema y otros proveedores se podría ahorrar muchos miles de pesos el Estado municipal.
A ello se suma el aumento del Impuesto Inmobiliario Municipal –que está en tratamiento en el Concejo Deliberante- donde en muchos casos por la ubicación de las propiedades y por la zonificación realizada, el mayor impacto –más del 300 por ciento- recaerá en las clase trabajadora y media baja que hasta ahora vienen cumpliendo con el pago al Estado sin esperar ninguna moratoria. Es de esperar que los Concejales realicen las correcciones necesarias y evalúen todo lo descrito antes de emitir su voto.
Por si a todo esto le faltaba algo, el aumento del boleto en el transporte urbano de pasajes y las tarifas de taxis y remises tratadas en un mismo expediente de entre un 22 y 30 por ciento, parece ser el corolario de un segundo semestre de 2008 en Río Cuarto, donde sólo queda una esperanza: organizar las voluntades populares hoy no representadas, disputar el poder real con las empresas que se están llevando las riquezas a costa del empobreciendo de la clase trabajadora, aunando criterio político para superar la falta de organización que hoy resta construir.
El Estado debe garantizar la recolección de residuos, pero no a costa de la extorsión de volcar dos camiones de desechos de residuos frente al Palacio Municipal y con ganancias para las empresas. Hay que recomponer el sistema municipal de recolección y generar que el Estado municipal se traze la estrategia de ser el generador de puestos de empleo en ese sector.
Es el Estado quien debe garantizar el transporte público, pero no a costa del bolsillo de los trabajadores y los estudiantes. Alguna vez la ganancia empresarial del grupo que ejerce ese servicio de manera monopólica debe ser tocada. Es cierto que el boleto escolar bajo un 200 por ciento, pero no impacta en las arcas de recaudación de la empresa. Lo concreto es que el aumento del 30 por ciento en el boleto común (de 1,30 a 1,70) y el abono en un 25 por ciento (de 1 a 1,25), son los valores que impactarán en el bolsillo de los estudiantes secundarios y universitarios y, fundamentalmente. en los trabajadores.
Se puede y se debe comenzar a licitar líneas de transporte de parte del Estado para que distintos actores sociales pueden organizar propuestas cooperativas para relanzar lo que fue en antaño, la hoy floreciente y cada vez más poderosa Sociedad Anónima de Transporte “Ciudad de Río Cuarto”.
Los Impuestos Inmobiliarios Municipales deben tener un parámetro económico sobre ganancias y no geográfico para ser elevado su costo: porqué un trabajador –con empleo o desempleado o jubilado- que tenga su casa en un determinado sector de la ciudad y porque justo allí con el “boom” sojero de la región se emplazó un complejo habitacional –ejemplo sector de la nueva terminal- deben pagar “todos” –barrio Brasca incluido- el aumento del Impuesto. Porqué no determinar que allí conviven en ese sector de la ciudad distintos sectores sociales, entre los ciudadanos expulsados del sistema y otros que pueden erogar más de $ 4.000 pesos el metro cubierto de construcción.
Modificar esta ecuación es el desafío que nos depara el 2009 en Río Cuarto. Un año que además será atravesado por un nuevo turno electoral de una democracia que sigue en deuda con la mayoría del pueblo.
Llega el tiempo de iniciar un proceso que nos lleve a conquistar el poder de las decisiones, haciendo realidad algunas de las ricas frases que nos dejó ese pensador, político y escritor que fue Arturo Jauretche: “En el territorio más rico de la tierra vive un Pueblo pobre, mal nutrido y con salarios de hambre. Hasta que los argentinos no recuperemos para la Nación y el Pueblo el dominio de nuestras riquezas, no seremos una Nación soberana ni un Pueblo felíz”.

*Por Carlos Valduvino. Sec. Gral. CTA Río Cuarto

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