martes, 2 de diciembre de 2008

La marcha


El 12 de diciembre a las tres de la tarde, la Central de Trabajadores de la Argentina y un amplio abanico de organizaciones populares marcharán desde el Parque Rivadavia hasta la Plaza de Mayo para abrazar a los Chicos del Pueblo y exigir que los niños vuelvan a ser los únicos privilegiados.


La Marcha Nacional del 12 de diciembre a Plaza de Mayo, convocada en el marco del reclamo de una Asignación Universal por Hijo para que no haya ningún hogar pobre en nuestro país, fue ratificada por unanimidad el 25 de octubre pasado en una multitudinaria asamblea popular reunida en el estadio del Club La Tablada de Jujuy durante el cierre del Encuentro Nacional hacia una Constituyente Social en la Argentina.
La aberrante espiral de agresiones perpetradas contra integrantes del Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo, impone en el imaginario colectivo un desolador paisaje de indefensión. Tanto el Poder Ejecutivo Nacional como el Gobierno bonaerense, se han mostrado impotentes para dar una respuesta confiable y contundente que termine de una buena vez con semejante ostentación de impunidad.
Esos ataques mafiosos, portadores de un mensaje tenebroso redactado desde las sombras, no van a paralizar las acciones que los trabajadores realicen para proteger a su prole y seguir predicando que el hambre es un crimen en un país echo de pan.
La decisión política de marchar a Plaza de Mayo antes de fin de año, es el corolario de un proceso de fermentación del conflicto social que se viene registrando en todo el país con un importante protagonismo de la CTA junto a otros sectores populares.
La dinámica impuesta por la crisis internacional y el renovado intento de los grupos de poder para que los trabajadores vuelvan a ser los “chivos expiatorios” de los desbarajustes provocados por el capitalismo a escala internacional, potencian la puja redistributiva y le dan sentido a la movilización.
Como además de imprudente sería suicida quedarse de brazos cruzados a esperar que pase la carroza, la CTA ha planteado al Gobierno con absoluta firmeza que deben cesar los despidos y suspensiones por el término de seis meses. La propuesta es concreta: Tolerancia cero con las medidas empresarias socialmente injustas.
Ya no quedan excusas para no universalizar la asignación por hijo. No puede ser que en la Argentina cobre el trabajador que está registrado y no el que está en negro o desocupado. Además, es justo y necesario que los jubilados cobren un aumento salarial antes de fin de año. En momentos de crisis es cuando con mayor vigor se debe propender a la defensa de los sectores sociales más vulnerables como son los chicos y los viejos.
Es imprescindible fortalecer el trabajo y la producción nacional y promover el mercado interno a través de políticas de Estado que claramente subsidien a los sectores populares, en lugar de seguir socorriendo y amnistiando de manera generosa, y hasta impúdica, a los grupos económicos más concentrados.
El reciente fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación consagrando los principios de libertad y democracia sindical, abre las puertas a una mayor capacidad de organización de la clase obrera en cada uno de los lugares de trabajo para disputarle la renta los patrones.
La Declaración de Buenos Aires aprobada por el Octavo Congreso Nacional de Delegados de la CTA el 4 y 5 de diciembre del año pasado en el Hotel Bauen alertaba: “Lo cierto es que profundizar la recuperación de la pérdida de los asalariados en el reparto de la Renta Nacional, con el objetivo de terminar con la indigencia y la existencia de más de 10 millones de compatriotas viviendo debajo de la línea de la pobreza, no será posible sin la adopción de políticas públicas que avancen hacia reformas estructurales que configuren un nuevo modelo económico sustentado en la justicia distributiva y el desarrollo social. Esto significa que hay que dejar de hablar de techos salariales y empezar a discutir los techos de la rentabilidad empresaria”.
Y a renglón seguido se interrogaba y respondía: “¿Es factible hacer esto con la condescendencia de aquellos que se benefician de la desigualdad? El capitalismo de rostro humanitario ya sabemos que no existe. Su único rostro, de frente y perfil, muestra lo mismo: interés y máxima ganancia. Para meterse con ese núcleo duro hacen falta dos cosas: un Estado dispuesto a desarrollar a pleno su capacidad de intervención en la economía y un pueblo organizado y movilizado para disputar por un reparto más justo de la riqueza”.
La Declaración de Buenos Aires, aprobada hace casi un año por aclamación en el emblemático hotel porteño recuperado por los trabajadores, tiene hoy, en esencia, plena vigencia.
En todo caso, la Marcha Nacional que confluirá el 12 de diciembre a la histórica plaza de los trabajadores, es la resultante de los niveles de organización, conciencia y movilización que ha alcanzado nuestro pueblo para dar la disputa por la justicia social al bloque de poder dominante.


*Por Juan Carlos Giuliani. Secretario de Comunicación y Difusión CTA Nacional.

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