Estimados compañeros:
Se cumple un año, ya un año de la pérdida de personas comprometidas con la educación y la investigación, con el desarrollo de nuestra Universidad. Aún la ciudad, y no sólo la comunidad universitaria, está de duelo. Las heridas no cierran… la seguridad de la institución todavía tiene mucho por mejorar, es una Universidad en crisis, como la mayoría de nuestro país que se enmarcan en las políticas neoliberales de los años 90, corporizadas en la Ley de Educación Superior.
Esta tragedia hizo visible lo invisible, lo que los indiferentes se obstinan en tapar: empresas multinacionales dedicadas a la exportación de commodities, que sólo conciben a la Universidad como proveedora de investigación a bajo costo y formadora de profesionales a su medida, la educación es vista como un servicio, como un producto más del mercado.
Se cumple un año, ya un año de la pérdida de personas comprometidas con la educación y la investigación, con el desarrollo de nuestra Universidad. Aún la ciudad, y no sólo la comunidad universitaria, está de duelo. Las heridas no cierran… la seguridad de la institución todavía tiene mucho por mejorar, es una Universidad en crisis, como la mayoría de nuestro país que se enmarcan en las políticas neoliberales de los años 90, corporizadas en la Ley de Educación Superior.
Esta tragedia hizo visible lo invisible, lo que los indiferentes se obstinan en tapar: empresas multinacionales dedicadas a la exportación de commodities, que sólo conciben a la Universidad como proveedora de investigación a bajo costo y formadora de profesionales a su medida, la educación es vista como un servicio, como un producto más del mercado.
Es hora de no delegar más, de participar activamente, de comprometerse tanto la comunidad universitaria como la sociedad riocuartense, hay que reestablecer los pilares fundamentales de la universidad: autonomía, democracia, soberanía, y formar profesionales al servicio del país y no de los intereses de los grupos económicos. Debemos continuar luchando por una educación pública superior y universitaria de excelencia al servicio de un proyecto colectivo de país socialmente justo, en el marco de políticas que contribuyan a su soberanía política, económica, energética y alimentaria.
La tragedia en la Universidad de Río Cuarto es otra manifestación brutal del desfinanciamiento impuesto por el gobierno que continúa manteniendo la misma matriz de distribución de la riqueza y el modelo económico de desigualdad y falta de inversión. Esta situación de precariedad laboral se repite en todos los estamentos, y debemos unirnos y participar activamente para combatirlo, para no tener que seguir lamentando pérdidas de compañeros trabajadores.
Es así que desde la Juventud de la CTA y la Organización Territorial Malón hacemos llegar nuestro sentimiento de lucha y acompañamiento a los familiares de las víctimas, a los compañeros del gremio de docentes que se han puesto la causa al hombro buscando la verdad…repetimos todos: Nunca más.
Juventud CTA- Organización Territorial Malón -ATE -Cispren-CTA Río Cuarto
La tragedia en la Universidad de Río Cuarto es otra manifestación brutal del desfinanciamiento impuesto por el gobierno que continúa manteniendo la misma matriz de distribución de la riqueza y el modelo económico de desigualdad y falta de inversión. Esta situación de precariedad laboral se repite en todos los estamentos, y debemos unirnos y participar activamente para combatirlo, para no tener que seguir lamentando pérdidas de compañeros trabajadores.
Es así que desde la Juventud de la CTA y la Organización Territorial Malón hacemos llegar nuestro sentimiento de lucha y acompañamiento a los familiares de las víctimas, a los compañeros del gremio de docentes que se han puesto la causa al hombro buscando la verdad…repetimos todos: Nunca más.
Juventud CTA- Organización Territorial Malón -ATE -Cispren-CTA Río Cuarto
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