Eugenia Aravena, secretaria general de AMMAR Córdoba, aseguró que buscan organizar a las trabajadoras sexuales de Río Cuarto. Reclamó políticas de Estado para contenerlas. Sostuvo que en la ciudad tienen miedo al accionar policial.
María Eugenia Aravena, secretaria general de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR-CTA)en la delegación Córdoba, lanzó duras críticas al Código de Faltas que rige en la Provincia y en particular al artículo 45 que castiga el escándalo en la vía pública por considerarlo “discriminador y persecutorio”.
Desde AMMAR buscan sumar adhesiones de organizaciones sociales, profesionales, académicas y políticas para una derogación de la normativa que apunta, fundamentalmente, a contrarrestar la prostitución callejera. Aravena afirmó que “lo que se castiga es el trabajo sexual independiente de las chicas en la calle y no se tocan los lugares puertas para adentro donde las mujeres están en situación de explotación y dejan la mitad del dinero que recaudan”.
“Hemos ido en numerosas oportunidades a Río Cuarto y recibimos relatos de situaciones muy violentas, donde hay una violación de derechos humanos. Esto ha generado el temor a denunciar y organizarse. Nosotras creemos que el artículo 45 del Código de Faltas lo que sanciona es el escándalo, no si sos trabajadora sexual. Sin embargo, la Policía utiliza esta normativa para perseguir y discriminar. La prostitución es una acción de instancia privada. Uno lo hace sin obligar al otro que lo haga”, argumentó.
La sindicalista cordobesa admitió que “en el intento de organizar a las chicas nos ha ido muy mal en Río Cuarto porque hay muchísimo miedo hacia la represión”.
“Faltan debates profundos que abandonen análisis hipócritas donde se habla de eliminar la prostitución, un oficio que es tan antiguo como el mundo. Esto sólo genera que las mujeres queden en la clandestinidad y desprotegidas”, subrayó.
Añadió que, “con el artículo 45 del Código de Faltas si vos trabajas en la calle te persigue la fuerza policial pero si estás en un cabaré sos explotada y nadie dice nada”.
Aravena consideró que “vivimos en una sociedad farsante donde siempre se castiga a la mujer”.
“Políticas públicas”. Desde AMMAR reclaman para sus afiliadas “políticas públicas que se conviertan en decisiones de Estado aplicadas de forma seria, y sin versos”.
“En Río Cuarto se nos abrieron puertas en el Hospital y allí logramos acuerdos para que se mejore el acceso al servicio de salud de las chicas. Tenemos una fuerte acción sanitaria que nos permite, por ejemplo, tener bajísimos indicadores de HIV. Sin embargo, no hemos tenido respuesta desde la Municipalidad, un pilar clave”, resaltó Aravena.
La titular del gremio en Córdoba afirmó que “es importante que haya gobiernos que tengan iniciativa para ayudar a las compañeras que quieren cambiar de trabajo”.
“Representamos a mujeres que en su mayoría no terminaron la primaria, viven en lugares muy pobres ubicados en zonas periféricas. Es cierto de que hay una libertad de opción pero, en la mayoría de los casos, dentro de un contexto de miseria y desigualdad”, manifestó.
Opinó que actualmente “la única política de Estado en muchos lugares de la Provincia es llevar presa a las mujeres en las calles para que las mafias dueñas de lugares de prostitución funcionen tranquilamente”.
Afiliación
AMMAR obtuvo en el 2004 personería jurídica nacional como asociación civil y la organización les permitió iniciar una lucha por las mejoras en la calidad de vida de 500 afiliadas en toda la provincia de Córdoba.
Sin embargo, aunque presentaron hace varios años el planteo de personería gremial ante el Ministro de Trabajo de la Nación “no se observa de que haya voluntad política para avanzar con la solicitud.”
“Esto tiene que ver con una sociedad que por un lado te condena y por el otro va y paga. No se hacen cargo de que la prostitución existe y debe tener marcos legales y de protección hacia las mujeres”, resaltó Eugenia Aravena.
Evaluó que “es necesario dar el gran paso hacia el análisis de los derechos laborales y su reconocimiento para las trabajadoras sexuales”. “Río Cuarto es uno de los lugares que más nos preocupan por la persecución policial con las chicas y seguiremos trabajando en busca de llegar con la organización. La mayoría de las mujeres son madres de familia y algunas tienen a cargo la totalidad del hogar. No nos olvidamos de ellas”, aseveró.
La historia de AMMAR
AMMAR se presenta como “una respuesta al constante asedio y la violencia policial”.
Comenzaron a reunirse a fines de 1994 y un año después se sumaron a la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), “lo que hizo posible conocer otras realidades y abandonar la automarginación”, al reconocerse como trabajadoras.
“Elegimos ser un sindicato luego de extensos debates sobre cómo encarar nuestra lucha para no ser reprimidas, discriminadas, maltratadas y perseguidas”, sostienen desde su sitio en la web (www.ammar.org.ar). Añaden que “se habla de trabajo sexual después de una larga batalla ideológica y política que en el marco de los derechos humanos reemplaza el término prostitución”.
En Río Cuarto tuvieron una activa participación en contra del proyecto de creación de una “Zona Roja”, que fue impulsada por el entonces concejal Hugo Patroni.
“Fui una de las personas que expuso y observé que tras la audiencia hubo un cambio. Nos conocieron y recibieron nuestros argumentos. Por suerte, se frenó esta iniciativa y esto fue muy importante porque nunca estaremos de acuerdo con la conformación de ghettos”, manifestó Aravena.
María Eugenia Aravena, secretaria general de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR-CTA)en la delegación Córdoba, lanzó duras críticas al Código de Faltas que rige en la Provincia y en particular al artículo 45 que castiga el escándalo en la vía pública por considerarlo “discriminador y persecutorio”.
Desde AMMAR buscan sumar adhesiones de organizaciones sociales, profesionales, académicas y políticas para una derogación de la normativa que apunta, fundamentalmente, a contrarrestar la prostitución callejera. Aravena afirmó que “lo que se castiga es el trabajo sexual independiente de las chicas en la calle y no se tocan los lugares puertas para adentro donde las mujeres están en situación de explotación y dejan la mitad del dinero que recaudan”.
“Hemos ido en numerosas oportunidades a Río Cuarto y recibimos relatos de situaciones muy violentas, donde hay una violación de derechos humanos. Esto ha generado el temor a denunciar y organizarse. Nosotras creemos que el artículo 45 del Código de Faltas lo que sanciona es el escándalo, no si sos trabajadora sexual. Sin embargo, la Policía utiliza esta normativa para perseguir y discriminar. La prostitución es una acción de instancia privada. Uno lo hace sin obligar al otro que lo haga”, argumentó.
La sindicalista cordobesa admitió que “en el intento de organizar a las chicas nos ha ido muy mal en Río Cuarto porque hay muchísimo miedo hacia la represión”.
“Faltan debates profundos que abandonen análisis hipócritas donde se habla de eliminar la prostitución, un oficio que es tan antiguo como el mundo. Esto sólo genera que las mujeres queden en la clandestinidad y desprotegidas”, subrayó.
Añadió que, “con el artículo 45 del Código de Faltas si vos trabajas en la calle te persigue la fuerza policial pero si estás en un cabaré sos explotada y nadie dice nada”.
Aravena consideró que “vivimos en una sociedad farsante donde siempre se castiga a la mujer”.
“Políticas públicas”. Desde AMMAR reclaman para sus afiliadas “políticas públicas que se conviertan en decisiones de Estado aplicadas de forma seria, y sin versos”.
“En Río Cuarto se nos abrieron puertas en el Hospital y allí logramos acuerdos para que se mejore el acceso al servicio de salud de las chicas. Tenemos una fuerte acción sanitaria que nos permite, por ejemplo, tener bajísimos indicadores de HIV. Sin embargo, no hemos tenido respuesta desde la Municipalidad, un pilar clave”, resaltó Aravena.
La titular del gremio en Córdoba afirmó que “es importante que haya gobiernos que tengan iniciativa para ayudar a las compañeras que quieren cambiar de trabajo”.
“Representamos a mujeres que en su mayoría no terminaron la primaria, viven en lugares muy pobres ubicados en zonas periféricas. Es cierto de que hay una libertad de opción pero, en la mayoría de los casos, dentro de un contexto de miseria y desigualdad”, manifestó.
Opinó que actualmente “la única política de Estado en muchos lugares de la Provincia es llevar presa a las mujeres en las calles para que las mafias dueñas de lugares de prostitución funcionen tranquilamente”.
Afiliación
AMMAR obtuvo en el 2004 personería jurídica nacional como asociación civil y la organización les permitió iniciar una lucha por las mejoras en la calidad de vida de 500 afiliadas en toda la provincia de Córdoba.
Sin embargo, aunque presentaron hace varios años el planteo de personería gremial ante el Ministro de Trabajo de la Nación “no se observa de que haya voluntad política para avanzar con la solicitud.”
“Esto tiene que ver con una sociedad que por un lado te condena y por el otro va y paga. No se hacen cargo de que la prostitución existe y debe tener marcos legales y de protección hacia las mujeres”, resaltó Eugenia Aravena.
Evaluó que “es necesario dar el gran paso hacia el análisis de los derechos laborales y su reconocimiento para las trabajadoras sexuales”. “Río Cuarto es uno de los lugares que más nos preocupan por la persecución policial con las chicas y seguiremos trabajando en busca de llegar con la organización. La mayoría de las mujeres son madres de familia y algunas tienen a cargo la totalidad del hogar. No nos olvidamos de ellas”, aseveró.
La historia de AMMAR
AMMAR se presenta como “una respuesta al constante asedio y la violencia policial”.
Comenzaron a reunirse a fines de 1994 y un año después se sumaron a la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), “lo que hizo posible conocer otras realidades y abandonar la automarginación”, al reconocerse como trabajadoras.
“Elegimos ser un sindicato luego de extensos debates sobre cómo encarar nuestra lucha para no ser reprimidas, discriminadas, maltratadas y perseguidas”, sostienen desde su sitio en la web (www.ammar.org.ar). Añaden que “se habla de trabajo sexual después de una larga batalla ideológica y política que en el marco de los derechos humanos reemplaza el término prostitución”.
En Río Cuarto tuvieron una activa participación en contra del proyecto de creación de una “Zona Roja”, que fue impulsada por el entonces concejal Hugo Patroni.
“Fui una de las personas que expuso y observé que tras la audiencia hubo un cambio. Nos conocieron y recibieron nuestros argumentos. Por suerte, se frenó esta iniciativa y esto fue muy importante porque nunca estaremos de acuerdo con la conformación de ghettos”, manifestó Aravena.
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