domingo, 21 de noviembre de 2010

Solidaridad con los compañeros de AGTPAC


Hace 30 dias atrás, el empresario Ricardi Risati, propietario de varias estaciones de servicio en Laboulaye, Provincia de Córdoba,se retractó de la sanción de despido que le había aplicado a su empleado con 17 años de antigüedad, Walter Alvarez.
Esto sucedió después que aceptó la improcedencia del motivo de la sanción y se comprometió a acudir a un mediador para llegar a la solución definitiva del problema.
Siete días de paro y una heroica resistencia gremial, definieron este escenario.
Pasado un mes, Risatti no acudió al mediador, incumplió su palabra y volvió a echar a Walter, demostrando ensañamiento y regodeo enfermizo por la reiteración de una sanción que ya fue inválida, y apelando a una impunidad que raya la ilegalidad y genera un estado de violencia que anticipa un conflicto de consecuencias imprevisibles.
¿Cuantas veces va a echar a Walter?. ¿Cuando va a entender, que el trabajo es un derecho que el no puede negar?.
Es evidente que hay ensañamiento. Después de 17 años de relación, mágicamente Walter se convirtió en un trabajador deshonesto. La misma causa que no prosperó, la vuelve a estampar en un telegrama que imagina definitivo. Se vislumbra el placer enfermizo de la impunidad que siente Risatti al echar dos veces seguidas al mismo trabajador por la misma causa, que además ya fué desestimada.
¿Sentirá placer?, ¿o es la necesidad de imponer un capricho?
En cualquier caso el conflicto esta desatado y requerimos nuevas solidaridades y apoyos, para Walter y los trabajadores colectivamene agraviados.
Los compañeros están enteros en Laboulaye y dispuestos a dar nueva pelea.
Desde la CTA Regional de Río Cuarto, continuamos apoyando esta lucha y estamos junto a los compañeros a su entera disposición para todo lo que sea necesario, ya que es uno de los pilares fundamentales de nuestra Central la defensa de los puestos de trabajo de los compañeros.

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