martes, 17 de abril de 2012

Entrevista a Claudio Lozano “La moderación salarial en nombre de la competitividad es de los ‘90”

El economista y diputado nacional cuestionó la política de limitar las recomposiciones en los haberes de los trabajadores por parte del Gobierno nacional. Asemejó esa iniciativa al modelo de Carlos Menem. Además, cuestionó el rol de Guillermo Moreno en la economía y las trabas a la importación

El economista de la CTA y diputado nacional por Unidad Popular, Claudio Lozano, cuestionó la “sintonía fina” del Gobierno nacional al asegurar que se asemeja a las políticas aplicadas en la década del 90. En ese sentido destacó que “la moderación salarial en defensa de la competitividad aue fue impulsada desde la Casa Rosada y expresada por la Presidenta en la apertura de sesiones es una remembranza de los 90”, fustigó.

Al mismo tiempo, cuestionó con dureza las intervenciones del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, por destruir las estadísticas oficiales en un intento por controlar los índices inflacionarios.

¿Qué origen tiene la inflación en el país?

Tiene tres componentes. El primero es el vínculo de la canasta alimentaria de Argentina con los precios internacionales que gobiernan la orientación de la producción agropecuaria. Acá hay un primer tema que tiene que ver con cómo el Estado hace para desenganchar que lo que se produzca en materia alimentaria no necesariamente tenga que ver con pagar los precios internacionales. Básicamente porque nosotros tenemos que aprovechar esa ventaja cuando vendemos al mundo, pero esa ventaja tiene que quedar en casa. La lógica sería que la Argentina tuviera alimentos baratos, no caros. Deberíamos ser una potencia alimentaria, cosa que no somos. En realidad somos más una potencia productora de alimento para ganado que de alimento para la gente.

¿Y los otros dos?

El segundo tema es el alto grado de oligopolización y concentración de los mercados que determina que algunas firmas puedan fijar precios con independencia de la estructura de costos. Y esto también es un tema que supone regulación pública. Por último, el tercer punto tiene que ver con quién define en qué, cuánto y dónde se invierte. Si nosotros en lugar de haber tenido una orientación del excedente económico para comprar y desarrollar inmuebles más allá de la necesidad, simplemente como negocio, lo hubiésemos volcado en otra dirección, financiando el desarrollo energético, la ampliación y capacidad del transporte, o la reconstrucción del perfil productivo, seguramente el problema de precios hoy sería muy distinto.

La inversión es central...

Vuelvo a decir que el problema que está detrás de la suba de precios es un déficit de inversión, pero ese déficit tiene que ver con la ausencia de regulación pública para orientar el excedente como corresponde.

¿Qué mirada tiene sobre el rol de Moreno en este sentido?

Es lamentable. Es alguien que intentó controlar el proceso inflacionario destruyendo el indicador, interviniendo el sistema de estadísticas públicas. Hoy tenemos serias dificultades para poder tener conciencia real del punto en el que nos encontramos porque no sólo es el indicador de precios, sino todo el sistema de indicadores el que fue alterado. Y lo que se percibe es que la intervención de Moreno en los mercados no tiene que ver con expresar el modo de organizarlo para que represente el interés de la comunidad, sino que en todo caso le pega a algunos para sostener a otros. No estamos discutiendo si el dueño de un mercado tiene que ser una empresa u otra. El mercado tiene que funcionar en función del interés de la comunidad. La regulación tiene que tener un caracter público, no un carácter faccioso asociado a algún sector empresario que puede ser amigo del gobierno.

¿Las trabas a las importaciones son un paliativo para la inflación?

No sirve como paliativo coyuntural, sirve en tanto y en cuanto esté estructurado en función de una orientación productiva nueva que la Argentina necesita. Lamentablemente lo que uno observa es que hay sólo un objetivo de coyuntura vinculado al hecho objetivo de que hemos ingresado en una fase distinta donde antes la Argentina tenía dólares y pesos y ahora no tiene ni unos ni otros. Consecuentemente, hay un conjunto de iniciativas para poder disponer de dólares y pesos, como por ejemplo la reforma de la carta orgánica del Banco Central, y hay iniciativas para tratar de ahorrar dólares por medio del control que se establece de las importaciones. Pero en realidad eso no está asociado a la construcción de un nuevo perfil productivo.

Y además se generaron faltantes de insumos para industrias, lo que termina siendo un problema adicional...

El 70% de las importaciones de Argentina es de insumos intermedios y bienes de capital para el funcionamiento de nuestro aparato productivo. Lo que demuestra que la destrucción de nuestra industria en la década del 90 sigue estando con nosotros. Lamentablemente, todos estos años de crecimiento hubieran sido el momento adecuado para orientar las inversiones para ir reconstruyendo el tejido productivo. Pero el crecimiento se debió a un conjunto de condiciones mundiales por un lado y de expansión de la frontera agropecuaria que elevó la producción en ese sentido. Eso llevó a disponer de divisas suficientes para poder financiar el crecimiento de las importaciones. Las importaciones crecen geométricamente respecto de las exportaciones. Multiplican por tres el crecimiento de lo que exportamos. Pero lo que nos permite sostener el tema es el precio de la soja, si no tuviéramos ese precio no hubiéramos crecido del modo en que lo hicimos. Lo que faltó es la posibilidad de aprovechar la oportunidad inmejorable que tuvimos para revisar el perfil productivo que se había heredado y que hoy sigue siendo más o menos el mismo.

Pero hubo y hay crecimiento...

Hay que relativizar el crecimiento del producto porque nosotros habíamos caído cerca de 20 puntos entre 1998 y 2002. Cuando se produce la reactivación, la Argentina recupera una capacidad ociosa ya instalada y crece sobre esa realidad. La mejora por encima del nivel de esa capacidad ociosa, a partir de lo que se puede comenzar a hablar de crecimiento, se da alrededor del 2007. Y a partir de ese momento comienzan todos los problemas: inflación, desaceleración de la tasa de crecimiento, la caída de 2009. Y hoy el hecho objetivo es que puede haber crecimiento pero la generación de empleo se desaceleró, el poder adquisitivo sigue resintiéndose en función de los precios, y de hecho objetivamente si Argentina va a crecer menos, que es lo esperable, vamos a tener problemas de creación de nuevos empleos y de poder adquisitivo. Incluso, si hay alguna característica del discurso oficial que rememora momentos de los 90 es el discurso de la moderación salarial que estuvo presente en la inauguración de las sesiones por parte de la Presidenta. Y materializado de manera grosera en el caso de los docentes. En este sentido, hablar de la moderación salarial en nombre de la competitividad muestra el ingreso a una etapa totalmente distinta.

En ese contexto, ¿cómo valora la pelea Gobierno-CGT?

El tipo de perfil que ha venido expresando históricamente quien hoy conduce la CGT resulta poco funcional al nuevo discurso de la moderación salarial. Más allá de cualquier discusión al interior de las internas de la estructura gubernamental, de los vínculos indebidos de negocios compartidos que se hayan roto, el perfil de Hugo Moyano no es funcional a la moderación salarial. Y en ese marco lo que se ve es la recuperación de la iniciativa política por parte de la CTA que conduce Pablo Micheli, la colocación de la CGT en un lugar que tiende a acercarse a las demandas de la CTA y la desaparición de quienes han quedado como apéndices de la política gubernamental en la defensa de los trabajadores, como puede ser el caso de la CTA prorrogada por el Ministerio de Trabajo y conducida por Hugo Yasky. Para esta etapa sirven los gordos de la CGT o Barrionuevo.

“A Boudou no hay que pedirle la renuncia, hay que investigarlo”

En medio del escándalo por el caso Ciccone Calcográfica y su vinculación con el vicepresidente Amado Boudou, el diputado Claudio Lozano señaló que “hay una causa judicial abierta que debería tener todo el acompañamiento institucional para poder llevarse acabo con el mayor nivel de profundidad. Desde nuestro punto de vista es absolutamente lamentable el modo en que el vicepresidente salió a tratar de cuestionar al juez. No nos parece para nada conveniente la actitud tomada de reemplazar al procurador Esteban Righi por alguien de directa confianza de Boudou. Casi se podría decir de manera irónica que el Gobierno busca que la justicia repose y no que funcione. Francamente nos parece lamentable lo que en términos institucionales está ocurriendo”, explicó el legislador nacinal.

¿Cree que debería renunciar?

No nos sumamos al tema de que el vicepresidente tiene que renunciar ya, ni que tiene que tener juicio político. Me parece que es una contracara en espejo de la actitud del gobierno, que interviene sobre la justicia tratando de limitar su accionar. Y del otro lado, ciertos segmentos de la oposición intervienen buscando politizar la discusión. Hay que permitir que la causa vaya al nivel de profundidad que corresponde y en ese marco tomar las determinaciones políticas del caso. Pero más alla de la gravedad institucional, no se entiende qué pasó con Ciccone. Porque si acá efectivamente hay un déficit en la capacidad de producción de papel moneda, por lógica ante una Ciccone quebrada el Estado la hubiera declarado de utilidad pública, la hubiera expropiado y no hubiera tenido que pagar nada porque estaba quebrada. Esto nos hubiera permitido tener un complemento de la Casa de Moneda para poder garantizar la producción como corresponde. No se entiende por qué hubo una intervención por parte del ex ministro para que se libere la quiebra que tenía la empresa y de repente aparecemos con esta suerte de un fondo extraño, como es el propietario actual de Ciccone, que no se sabe bien de dónde viene, de dónde llegaron esos fondos, y con indicios de vínculos con el vicepresidente.

Ahí hay un problema que, si bien no podemos decir que hubo tráfico de influencias, sí existe una historia previa por parte de Boudou de cuando estuvo en Anses o en el Ministerio de Economía, cuando sí hubo tráfico de influencias.

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